Así ha sido la actuación de Nebulossa en la final de Eurovisión 2024

Así ha sido la actuación de Nebulossa en la final de Eurovisión 2024

Los representantes españoles han cosechado una gran ovación del público tras interpretar "Zorra" sobre el escenario del Malmö Arena.

Nebulossa, durante su actuación en Eurovisión 2024EFE

Y durante tres minutos, Eurovisión fue más zorra todavía. Nebulossa recibió este sábado una gran ovación por parte del público del Malmö Arena, en Suecia, durante su actuación en la final del famoso festival. En la clasificación, la propuesta española se ha situado en el puesto 22 de 25 tras recibir 19 puntos del jurado profesional  (7 de Italia, 6 de San Marino, 4 de Austria y 1 de Suiza y Finlandia), y once del televoto (3 de Finlandia, 3 de Portugal, 2 de Francia, 2 de Irlanda y 1 de Italia).

Aclamada como una de las favoritas por parte de la comunidad eurofán, la candidatura puso en pie a los 12.000 espectadores presentes en el estadio con un poderoso show transgresor, efectista y cargado de reivindicación. 

Un mensaje feminista y abierto a todo lo que escapa a lo normativo que provocó un terremoto social tras su elección en el Benidorm Fest como canción para Eurovisión, con posiciones muy enconadas a favor y en contra, pero que finalmente se ha convertido en uno de los mayores hits locales que España ha enviado al festival: en sus cinco meses de vida, suma ya más de 16 millones de reproducciones en plataformas digitales como Spotify. 

Manteniendo el espíritu cabaretero de la actuación que ya vimos en la preselección, la puesta en escena mejorada para Eurovisión ha pretendido recrear un club clandestino de los años 30 donde la libertad puede florecer sin censuras. Un refugio o un espacio seguro para todos los ofendidos, humillados o insultados por no entrar dentro de los cánones que marca la sociedad.

Siguiendo esta pauta, la actuación española ha arrancado con la imagen de una gran cerradura roja cuya bocallave es la silueta de Mery, que ha aparecido imponente tras elevarse uno de los enormes cubos que cuelgan sobre el techo del estadio. La audiencia europea ha entrado así en ese mundo de fantasía y libertad que incluía un sillón de terciopelo rojo en el que Mery se ha subido o se ha sentado en diferentes ocasiones junto a sus dos bailarines, quienes en un momento de la actuación se han despojado de parte de parte de su ropa para bailar junto a la cantante enfundados en un corsé negro, medias de rejilla y botas de tacón alto del mismo color.

César Louzán y Iosu Martínez, profesionales procedentes del mundo drag, han derrochado descaro y sensualidad con guiños directos a la cámara y un par de acrobacias imposibles en tacones que han provocado el aplauso unánime de un público que no ha dejado tampoco de gritar "Zorra, Zorra, Zorra" durante toda la canción. De hecho, el entusiasmo de los eurofans ha sido tal que Mery ha decidido, igual que en Benidorm, ceder su micrófono para que fueran ellos quienes cantaran "soy más zorra todavía" de la segunda estrofa. El sonido del público gritando esta frase ha sido retumbador. 

La intérprete, mucho más sobrada vocalmente que en la preselección pero apoyada en una segunda voz pregrabada, ha lucido como una dominatrix un vestuario creado por Michael Costello, un exitoso diseñador de moda que ha vestido a artistas de renombre como Lady Gaga, Beyoncé o Nicki Minaj. Para la representante española ha creado un espectacular mono de color negro hecho a medida con 63.000 cristales. El vestuario de Mery Bas se completaba con unos guantes de terciopelo hasta el codo y un corsé, sello de identidad de la vocalista, elaborado en vinilo liso mate y adornado con delicadas tiras de strass negro que van juego con el mono de Mery y con el vestuario de sus dos bailarines.

Mientras que el negro predomina en el vestuario, el rojo y los tintes anaranjados protagonizan la iluminación y los fondos de una candidatura que, en materia de realización para televisión, ha ofrecido hasta 77 planos diferentes en sus tres minutos de duración. Uno de los encuadres más poderosos se ha podido observar justo al final, cuando Mery ejerce de anfitriona del cabaret subida al sofá de terciopelo y con el viento levantando su cabello. Un cierre de actuación entre vítores que certifica que España vuelve a dejar huella con sus actuaciones en Eurovisión, aunque el resultado no acompañe.

La actuación de esta noche en Eurovisión supone el fin de una experiencia inolvidable para Mark Dasaousa y Mery Bas, a quienes el éxito ha llamado a su puerta a sus más de cincuenta años. Intentaron el año pasado representar a San Marino en el festival, pero ha sido con Zorra la que ha permitido que toda España les brindara la oportunidad de dejar su centro de estética en su pueblo, Ondara (Alicante), para subirse al mayor escenario musical del continente. 

Una historia de buenos y malos momentos - Mery se enteró de la pérdida de un familiar suyo nada más aterrizar en Malmö - que se ha visto compensada con una actuación que quedará para el recuerdo de España en Eurovisión. Ya dijeron que no les importaba el resultado final. "Si quedamos últimos, haremos la gira 'Zero Points Tour'", señalaron en una entrevista en El HuffPost. Porque, para ellos, lo importante es que el mensaje de su canción ha ayudado a mucha gente. Y ahora también podrán decir que, por un instante, Europa fue 'zorrista'. 

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Soy jefe de Hard News en El HuffPost España. Coordino la cobertura de actualidad política con la misión de explicar lo que pasa en España y en el mundo de una manera directa, clara y comprometida para una audiencia exigente y crítica como la nuestra. Puedes contactar conmigo a través de un correo a javier.escartin@huffpost.es

 

Sobre qué temas escribo

Me dedico a informar sobre la actualidad política en España, poniendo el foco en las decisiones del Gobierno, los movimientos de la oposición y el funcionamiento tanto del Congreso de los Diputados como de los partidos políticos. Creo que la política no es algo lejano, sino que influye directamente en la vida de cada persona: desde la aprobación de una ley de vivienda hasta una reforma laboral. Por eso trato de contar la vorágine política de una manera clara y accesible, sin perder la profundidad que exige cada asunto. Me interesa especialmente abordar temas que despiertan inquietud ciudadana, como la corrupción, la vivienda o la transparencia de las instituciones, y hacerlo siempre con una mirada crítica y social. Entiendo el periodismo político no como una mera narración de lo que ocurre, sino como un ejercicio de contexto y responsabilidad que ayude a la gente a entender por qué esas decisiones afectan a su día a día. Y como todo el mundo tiene su lado freak también me gusta mucho el Festival de Eurovisión, que llevo cubriendo para diferentes medios desde el año 2009. Quizá, algún día, pueda contar la victoria de España en el certamen...

 

Mi trayectoria

Nací en Zaragoza, pero en 2005 me mudé a Madrid para estudiar periodismo en la Universidad Carlos III. Antes de El HuffPost, trabajé nueve años en ABC, cuatro en COPE y un año en Mediaset. Previamente, de una manera más aficionada, escribí sobre cine y la temporada de premios en Hollywood e hice una serie documental sobre el Camino de Santiago que se llamó "Diario de un peregrino".

 


 

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