Enrique Tomás desmonta el mito más extendido sobre cómo acompañar el jamón y su aviso sobre el vino tinto es tajante: "Es el peor maridaje"
Una de las voces más reputadas del sector va más allá y revela en el podcast Thing Small cuáles son las bebidas que sí lo potencian de verdad.

Durante años nos han vendido la imagen perfecta: plato de jamón ibérico, copa de vino tinto bien cargado y foto directa a Instagram. Pues Enrique Tomás, uno de los nombres más reconocidos del jamón en España y fundador y alma de la mayor cadena especializada en jamón ibérico del mundo, acaba de tirar ese mito por tierra. Y lo hace sin rodeos en una entrevista en el podcast Think Small: el vino tinto potente con jamón no solo no es buena idea, es "el peor maridaje" para disfrutarlo como se merece.
Suena herético, pero cuando escuchas sus argumentos entiendes que no es una opinión improvisada, sino el resultado de años estudiando cómo se comporta la grasa del jamón en boca y cómo reaccionan distintos tipos de bebidas. Durante la entrevista, Tomás deja claro que el jamón no necesita compañía compleja, sino algo que "limpie la boca" y permita disfrutar cada loncha como si fuera la primera.
El problema no es el vino, son los tintos potentes
Según explica, el jamón genera una película de grasa que debe desaparecer entre bocado y bocado. Si lo acompañas de un tinto con cuerpo, taninos marcados y mucha estructura, ocurro justo lo contrario: la bebida refuerza esa sensación grasa y tapa matices.
El jamón y el tinto se pelean como idea clave. No es que el vino tinto sea malo, es que compite con el jamón. Y cuando los dos sabores tan intensos chocan, ambos pierden. De ahí la frase que Tomás deja caer:
Y al revés también: si el jamón es bueno, no lo estropees con un tinto que viene a mandar más que él.
El maridaje correcto está en lo que siempre hemos ignorado
Pero no solo evalúan el tinto frente al jamón como maridaje, sino otras combinaciones que pueden atraer a cualquier sibarita o no del yantar: el fino, el cava, al champán y las cervezas ligeras. Sí, se te hace la boca agua, pero estamos analizando.
Enrique Tomás los explica uno a uno. El fino, por ejemplo, "corta la grasa" y te deja el paladar listo para el siguiente bocado. El cava y el champán hacen lo mismo gracias a la burbuja. Y la cerveza suave refresca sin tapar sabores. Tiene lógica: nada de bebidas oscuras, pesadas o densas. Si el jamón es elegante y cremoso, la bebida tiene que ser fresca y afilada.
En resumen, esta es la combinación ideal según Enrique Tomás:
- Fino: limpia la grasa y te deja el paladar listo para seguir.
- Cava o champán: la burbuja hace el trabajo de “resetear” la boca.
- Cervezas suaves: acompañan sin competir.
- Blancos frescos o rosados ligeros: aunque se mencionan de pasada, siempre con la misma idea: acidez y ligereza.
¿Y si quieres tinto sí o sí?
Durante la entrevista también se menciona que hay una minoría de tintos suaves que pueden encajar, pero solo si están pensados específicamente para acompañar ibéricos. Lo importante es que no tengan potencia, ni demasiada carga tánica, ni ese golpe de madera típico de algunos vinos jóvenes y crianzas. La regla que repiten varias veces es simple: el jamón pide acidez, no fuerza.
Así que si siempre has pensado que el jamón y el tinto iban de la mano, este vídeo te hace replantearlo todo. No porque cambie tu gusto —cada uno disfruta como quiere— sino porque muestra qué ocurre realmente en la boca y por qué llevamos años cometiendo el mismo error por pura costumbre.
En España se consume en torno a 0,8-1,5 kg de jamón curado por persona al año en el hogar, y unos 20-24 litros de vino por persona al año (todas las categorías, con predominio del tinto) si se suma consumo en casa y fuera del hogar, según datos recogidos en el Informe de Consumo Alimentario en España 2021 y publicados por EFE:Agro, respectivamente.
