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Macaco: "El misticismo del ego en el que estamos ahora es muy retrógrado, es un yo doy porque me van a dar algo a cambio"

Macaco: "El misticismo del ego en el que estamos ahora es muy retrógrado, es un yo doy porque me van a dar algo a cambio"

Entrevistamos a Daniel Carbonell, el artista conocido como Macaco, con motivo de la publicación de su nuevo disco 'Futuro Ancestral'.

El cantante Macaco en un momento de la entrevista con El HuffPost.
El cantante Macaco en un momento de la entrevista con El HuffPost.SERGI GONZÁLEZ BUENO

Daniel Carbonell, más conocido Macaco, ha sido durante las tres últimas décadas adalid del activismo y del compromiso con el medioambiente, el cambio climático, la naturaleza y las causas sociales a través de la música. Y lo sigue siendo.

En estos días ha visto la luz su nuevo trabajo de estudio, Futuro Ancestral, una colección de 12 canciones —y un especial y emocionante bonus track— en las que vuelve a hacer gala de su mirada combativa para denunciar la barbarie, las injusticias y la falta de empatía a ritmo de merengue, rumba catalana, afro, cumbia... y sonidos "hechos a mano",

Macaco está Ilusionado por la acogida de sus primeros sencillos —Sube el nivel del mal, Pasaste tú, No encajo o Prohibido irse sin hacer ruido— y del disco en general,  y por la gran fiesta en la que terminó convirtiéndose el concierto de presentación que hizo en Barcelona el pasado 27 de noviembre. "Vengo de hacer un directo muy pequeñito, muy teatral, y en este tenía claro que quería jugar con estas pinturas —las de la cara— y estos monos —prenda que se ha convertido en sello de este nuevo proyecto— y conseguir un directo muy para arriba intentando no parecerme al anterior directo", señalaba.

Solo unas horas antes de desembarcar en el Teatro Joy Eslava de Madrid para volver a activar el espectáculo estuvimos charlando con Macaco sobre este nuevo disco y el músico llegó a desvelarnos que pronto también debutará en el mundo del cine, codirigiendo su primera película. 

El 14 de noviembre lanzaste Futuro Ancestral. Utilizas dos conceptos que son antagónicos, toda una paradoja de título.

Bueno, esa es justamente la intención. El título llegó tarde, llegó casi al final. Sí que a la hora de describir y de ir buscando el concepto, tenía clara la idea de involución, de ir para atrás para poder mirar hacia adelante. Las teorías de lo cíclico, de que nada se acaba, todo se transforma. Toda la cosa esta giratoria que a mí me encanta. Después, hablando con una amiga, activista medioambiental que ha estado muchos años en el Amazonas, me habló del grito de muchas de sus manifestaciones: 'El futuro es ancestral'. Y de repente dije 'guau, esto es lo que quería decir yo'’, pero sin el 'el' porque futuros hay muchos y me gustaba hacer la propuesta esa de futuro ancestral. Pero es el oxímoron, la paradoja del oxímoron. Y sí, es tener ese retrovisor y mirar hacia atrás, para poder ver lo de delante, recoger lo bueno que hay detrás y sacar para fuera lo que no funciona, lo que no nos hace evolucionar, para poder mirar hacia adelante. Es ese doble reflejo.

¿Estamos en un momento en el que hay demasiadas cosas que no nos dejan evolucionar?

Yo creo que sí, que realmente estamos muy anclados en una posición donde hay unas tendencias que forman un espejismo al que llamamos evolución, ¿no? Ahora todos somos súper cool, todos somos muy modernos, pero al final somos unos animalitos y la parte más ancestral, volviendo a eso, nos lleva a la tribu, a lo colectivo, a juntarnos alrededor de un fuego para protegernos, para calentarnos, pero donde nacen las ideas.

La última canción del disco, que es la primera, que se llama Futuro ancestral empieza con eso: "Somos millones de latidos en un solo corazón. Nos dieron los movimientos, nos juntamos con bailes. De la voz en el viento, los cantos corales. Del árbol la madera alrededor de la hoguera. Somos el inventario de todos los que amamos". Un poco me enfoqué en esa idea que me gustaba mucho de que nada nace de una sola idea. No hay un invento absoluto, nadie solo se inventa nada, eso es una falacia. O sea, todos venimos de la mano de alguien. ‘Tal persona inventó la lavadora’ o ‘tal persona inventó la escoba’, no es verdad, o sea, siempre hay una mano anterior y una mano después. Como casi todo lo que se inventa la ciencia, antes viene de la visión de un artista: Julio Verne en 20.000 leguas de viaje submarino  creó el submarino antes de que existiera, los móviles salen en películas de los años 50... Realmente creo que hay este mano a mano. Como digo en la canción “la fuerza es el invento cuando nos juntamos de las manos”.

Recreas esa imagen de todos alrededor de la hoguera, del intercambio, pero estamos alejadísimos de eso ahora mismo.

Sí, realmente creo que estamos súper alejados por todas estas tendencias y se nos olvida el tiempo, el poder masticar las cosas, lo artesanal, el poder tener una opinión clara de algo, definida e inamovible... Yo siempre digo, ‘yo no soy así, y punto. Yo soy así, y puntos suspensivos’, estoy dispuesto a cambiar, si traen un argumento mejor y me remueve. Y creo que realmente necesitamos una evolución más amorosa, ¿sabes? O sea, suena como muy naíf, puede sonar muy hippie, pero a la vez también un poco punki el ‘no es no’, el por aquí yo no quiero pasar porque realmente estas herramientas a mí no me funcionan y no me funcionan. Hay una tendencia que quiere volver a lo otro.

En la música pasa igual, nos están polarizando todo el rato, blancos y negros. Toda la música más plástica, programada, con un beat recurrente que ya todo el mundo conoce y que funciona con una combinación de unas palabras, y con el que tienes una posibilidad de ocupar un lugar, ese huequito que va muy unido a querer ser popular, a tener un reconocimiento del exterior, pero no al proceso. O sea, el éxito es el proceso en sí; para mí, el éxito más grande de este disco es lo bien que me lo he pasado construyéndolo, trabajando un montón, escribiendo, rompiendo papeles, ahí con la madera, con las guitarras, con las percusiones, pensando conceptos, poderlo llevar al directo, bajarlo a tierra...

Y bajarlo a tierra para convertirlo en una fiesta, ¿no?

Sí, la idea de este disco... Me gustan mucho los contrastes... Venía de un disco pequeñito, donde grabé las voces muy cerca del micro, bajando tonalidades para que se sintiera ese aire como si te lo susurraran al oído. Iba sobre las relaciones en el amor: grabé con Valeria Castro Un recuerdo, con Rita Payés Arenas Movedizas, Quiéreme bien, quiérete bien..., diferentes puntos de vista sobre las relaciones y era un paréntesis en mi carrera. Así que este disco era un poco todo lo contrario: ¿cómo puedo hacer para no parecerme a mí mismo, dentro de los colores que tengo?

Aparte de que yo venía de un momento muy revuelto porque acababa de morir mi tía, que era mi segunda madre, mi madre diagnosticada con Alzheimer, gente de alrededor... Como que los cimientos se mueven un poco y viendo ese revuelo en general en el mundo dije ‘es el momento’. Siempre ha habido ese activismo, ese compromiso social en Macaco, que viene ya de mi abuelito, y de repente dije ‘tengo ganas de decir esto, pero con fiesta’. Entonces fui a las músicas de raíz con las que yo he crecido. Por haber nacido en el Mediterráneo tendrían que ser la rumba catalana, la rumba flamenca y tal, pero desde chiquito he estado rodeado de africanos, latinoamericanos o franceses. Mi día a día es así: yo tomo el plátano frito por Nicole, que es de Puerto Rico, y la feijoada por Kiko, que es mi mejor amigo con el que voy a nadar y es de Brasil. También está Danilo, que es de México, Lucque, que es francés, Muñeco que es cubano... O sea, realmente estoy rodeado. Y esas músicas adoptadas también son un poco mías. Entonces, cojo esas músicas de raíz, reivindicando el sonido hecho a mano, pero dentro les pongo pues estas narrativas donde la ironía me sirve para decir estas cosas de las que ya he hablado, pero ahora las digo desde otro lugar, para esa música más consciente, como aprendiz de vida y espejo de mí mismo y de ese compromiso social. Dar fiesta, pero soltándolas por ahí.

Hablas de la ironía de algunas de las canciones, pero también de la risa y dices que “la risa también es resistencia”. ¿Qué quieres decir con eso?

Siento que he venido a experimentar a esta vida. Ese grito que utilizo en la canción "prohibido irse sin hacer ruido". Quiero ver, probar, he viajado por todo el planeta con mi música. La música ha sido mi vehículo, quizás de otra manera no lo podría haber hecho, para expresarme de todas las maneras, sacar todos los Danis que tengo dentro y que se expresen libremente... En mi vida personal, soy muy payaso, me gusta hacer mucho el idiota con los míos y soy muy de hacer el monkey, y soltar bromas y tal, porque creo que es pura vida, es terapia y me sale natural. En ese momento de fragilidad, donde yo tenía ese revuelto interior, una de las terapias más potentes fueron los humoristas. Soy muy fan de muchos humoristas de aquí, de fuera, clásicos y no clásicos, desde Berto Romero, que me parece un tío súper potente, hasta los hermanos Marx, que veía por mi papá, hasta yo que sé, montones. Y entonces estaba con todo eso escribiendo y, por ejemplo, un día, con la primera canción, que fue Sube el nivel del mal, teníamos ese afrobeat que habíamos grabado con el bajo de Bicoco, el de Camerún criado en París... ¡Buah, qué gozada ese estribillo de Sube el nivel del mal! He hecho muchas canciones que tienen que ver con el cambio climático, soy un amante de la naturaleza, Mama Tierra, Blue con Drexler, Moving, S.O.S... Había hablado de este diminuto planeta azul desde muchos puntos de vista, ¿no? Y de repente digo, con el sonido de este estribillo, “no existe el cambio climático, mientras tenga vistas desde mi ático”. Nos echamos a reír, como una broma, pero de repente nos miramos y dijimos: “Vamos por ahí”. “Perdonen que sea un poquito sarcástico / pero este mundo es bastante cínico / No hay alimentos con químicos / ni los bebés nacen con plásticos / En el aire no hay nada tóxico / Me entrego al amor de los políticos/ No hay deforestación que va / que viva la negación, que si baja la producción / la culpa de todo es de la inmigración”. Lo que dicen todos estos ceporros, yo que sé. Y de repente digo ‘ vamos a jugar a eso’ y nos empezamos a emocionar. Aunque también pensé que era un poco sencillo, simple. Al final me dije: ‘Dani, lo has dicho de mil maneras. Hay una poesía acojonante en Blue (Diminuto planeta azul), pero aquí decirlo de esta manera está muy bien'.

Me parecía superpoderoso decirlo desde ahí, ¿no? Hay otras canciones en las que hay más juegos de palabras, más metáforas. Yo soy un loco de la poesía, me encanta escribir; no hacer jeroglíficos ni barroquismos, pero sí que haya matices, que haya dinámicos en las palabras. Siempre digo que la palabra de antes y la palabra de después hace que brille la de en medio, y siempre estoy como pensando en eso y en conceptos para escribir. Pero creo que le sienta muy bien al disco y a Macaco ese tono. Por ejemplo, la canción No encajo, es lo mismo, “no encajo que se vayan al carajo”: “Están de moda los nativos digitales en sus islas virtuales, los reguetoneros, pero a mí me gusta con mi bici ir a pedales, siempre en mis auriculares, un buen bolero”. Es una declaración de principios. El otro día en Barcelona, en el concierto presentación, fue alucinante con No encajo. Todo el mundo ahí, sabes, haciéndolo propio, todos los que nos hemos sentido outsiders de niños por una cosa, por otra, o más de mayores o siempre, y de repente la gente gritando “que se que se vayan al carajo”, todo el mundo bailando. Fue súper emocionante.

Macaco, en plena promoción de su disco 'Futuro ancestral'.
  Macaco ha hecho de las pinturas en la cara y de su mono la seña de identidad de su nuevo disco 'Futuro ancestral'.SERGI GONZÁLEZ BUENO

¿Encajas en la industria musical de hoy?

No, para nada, pero no he encajado jamás, jamás, jamás, jamás, jamás, jamás, jamás. Tú ves toda la trayectoria de Macaco y parece que me ponga palos en la rueda, que me los ponga yo, no que me los pongan de fuera. Mira el primer disco de Macaco es un disco con un sello muy pequeñito, yo no tenía dinero y lo coproduje con tres amigos porque no quería productores, para bien o para mal, porque éramos de aquello de 'háztelo tú mismo y tal’. El resultado es un disco recargado, lleno de errores, donde ahogas las canciones, pero también con cosas que dices ‘pero qué locos estaban estos tíos de hacer esto y tal’ y empezó a correr la voz y con el segundo álbum fue increíble. Yo estaba ya entendiendo que la música tenía que respirar, que el menos es más. Vengo de familia de músicos, pero la producción yo nunca me había metido en un estudio a producir. Ingravitto, el segundo, fue disco de platino y ninguna radio me quería. Entre raíces y antenas, tampoco y también fue disco de platino. Bueno, en Ingravitto, Con la mano levantá y Mama Tierra explotaron, pero porque la gente se lo pasaba. Ninguna radio me quería, aparte de Radio 3. Entonces llega Puerto presente y Moving, que luego todo el mundo ‘no, pero esto era un hit’. Cuando yo grabé Moving, ya entonces con mi sello porque ya me iba un poquito mejor, la presentaron entre muchas otras canciones y todas las radios dijeron no absoluto: '¿Cómo que hablando de la tierra y no sé qué, y con estos sonidos de estos tambores?'. Empezó a crecer con el boca oído y se convirtió en lo que se convirtió. Después, el disco Historias Tattooadas, otro giro. De repente, quiero hacer canciones de amor, pero '¿por qué quieres hacer canciones de amor?'. Claro, yo me enamoro también. Yo soy muchos colores, soy como cualquier persona y no quiero enseñar un solo plano. Ninguna canción estaba sonando en ninguna radio, pero con el cuarto single, que la discográfica dijo que ni a palos eso era un single, me puse tozudo y grabamos un vídeo. Lo sacamos y desde Colombia, al cabo de un año empezó a crecer por toda Latinoamérica.

Entonces yo siempre he ido como al revés. Algunas veces me ha salido bien, otras no tan bien. Programas de televisión, marcas que he dicho que no, para bien o para mal... No quiero ponerme ninguna medalla, pero son mis decisiones, ¿sabes? Y me llevan, pues, a este lugar. Si hubiera dicho que sí a ciertos programas de televisión y a haber hecho eso, estaría llenando estadios y vendería no sé qué, pero ¿yo estaría bien?, ¿me sentiría bien?

Mi hermana siempre me ha hecho la broma, porque me llevaba los números durante muchos años... El año pasado, una marca de congelados me pagaba una millonada si hacía un anuncio. ¿Pero cómo voy a hacer yo un anuncio de congelados? Y mi hermana, '¿Seguro? Mira lo que te pagan'. Partidos políticos, bebidas de refrescos... y no soy radical en nada. Hay grises y a cosas diré que sí y a otras que no, y me equivoco y no soy totalmente coherente, pero no voy con las líneas de la industria. Este disco no es un disco para nada... En la industria hay un marketing bestial, todo es imagen. El fondo no importa tanto, lo que más importa es la forma y que no te salgas de la línea. Si eres cantante y haces canciones de amor, haces canciones de amor. Si haces canciones sociales, haces canciones sociales. Si haces no sé qué, haces no sé qué, pero no te salgas de esa línea. La gente te tiene que poder encontrar en la cuarta estantería, en la tercera, en la segunda, pero tienes que estar en una.

Estamos en la época del más es más, del misticismo del ego. Estamos viendo todas esas vueltas. No voy a nombrar artistas, pero lo estamos viendo todos: con una forma increíble, todo muy bien, súper elegante... pero rascas un poquito y es misticismo sin conexión con los desfavorecidos, ¿de qué misticismo estamos hablando si no te mojas ante ciertas causas? El misticismo nace de un concepto, para mí de que estamos todos conectados y lo que pasa ahí afecta aquí y lo que pasa aquí afecta allá. Para mí el misticismo del ego en el que estamos ahora es un misticismo muy retrógrado, es un yo doy porque me van a dar algo a cambio, ¿sabes? Por lo menos es como lo siento.

Tú, que siempre has hecho canciones comprometidas, bueno, haces canciones y eres una persona comprometida, ¿todavía crees que con la música se puede cambiar el mundo?

Buah, con la música se mueven y cambian un montón de cosas, pero con actitudes muy pequeñitas también. Hoy estaba leyendo la historia de Rosa Parks, esta mujer afroamericana que decidió no levantarse del autobús para ceder el asiento a un hombre blanco y que revolucionó todo Estados Unidos, y que ahora se cumplían no sé si 80 años. En la música, ¿cuántas canciones han movido tantas emociones y esas emociones han removido a otras personas? Pasan muchísimas, muchísimas cosas y ante toda esta corriente en la que estamos viviendo está saliendo otra porque siempre ocurre lo mismo. Lo que pasa es que tenemos muy mala memoria. En la música ahora veo que hay una corriente muy potente que está empezando a salir ante toda esta tendencia casposa, neoliberal, del egotripping, del individualismo extremo, de quién tiene las uñas más largas, quién tiene el deportivo más no sé qué... Pues muchos decimos no, menos es más. En las corrientes progresistas, yo siempre digo, el problema es que entre nosotros, en esa mezcla de colores, en ese lugar, con esas texturas, somos muy de ‘espera un momento porque tú has dicho no sé cuánts, tú has dicho tal’ y al final todos divididos y sin fuerzas. Eso es lo malo, de esta cosa más progresista, que a veces hay una cosa como muy tiquismiquis de no sé si tú tienes toda la ideología completa o has cumplido con ciertos compromisos para poder estar en este lugar o en este otro. Y eso me parece triste, pero cuando hay esas tendencias resurge también lo otro.

Por cierto, creo que ibas a ir en la Flotilla de la Libertad de Gaza , ¿no?

Sí, no fui por dos cuestiones. Mira, toqué el día antes en Barcelona... Me escribieron unas semanas antes de que se supiera y de repente dije 'quiero ir, quiero sentir eso, quiero poner ese granito en algo muy activo', aunque ya he hecho muchas cosas. He estado con los zapatistas activistas medioambientales en México, he estado en mil movidas por el mundo, pequeñitas, pero he estado ahí y creo que tomar partido y meter las manos en el barro te da perspectivas cuando te mueves y viajas. Pero de repente hablé con mi equipo y me preguntaron que cuándo era el viaje. Eran tres semanas y yo tenía conciertos cerrados y firmados, y no podía decir que no. Cuando lo dije en las redes hubo quien me llamo traidor. ‘Disidente', siempre hay que ver La vida de Brian.

No fui, pero me llamó una amiga mía, Mi Hoa Lee, que fue la que hizo la huelga de hambre en plaza Cataluña, que es una jefa, y me dijo: '¿Por qué no montamos un concierto aquí?'. Y le dije, 'venga'. Justo eran los días que tenía vacaciones, pero días antes estaba tocando en las islas, en Ibiza, en un concierto, y justo fue cuando se iba mi madr... Todo se dio en ese momento.

También hay una canción que dedicada a tu madre, ¿no?

No es una canción dedicada a mi madre, es de una cosa que pasó, sea sugestión, o sea lo que sea. Yo soy muy del mundo de los sueños, sueño todos los días mogollón, me levanto y cojo el móvil y tengo cosas grabadas. Últimamente tengo audios de cosas superlocas, de diez minutos que pongo a grabar. La última que tengo es de hace tres días que me levanté con una melodía que no paraba de repetir y no recuerdo el momento que cogí el móvil y lo grabé. Me pasa un montón. Pero ese día iba a entregar el máster del disco y soñé que estaba Bikoko dirigiendo a un coro de mujeres africanas, estaba el teclista que toca conmigo, Álex Vuelves, con unos audífonos grandes que los sujetaba y me decía 'ayúdame a sujetarlos'. En el sueño, de repente me está mirando mi mami y me decía que el disco bien, pero que tenía que decir esto. Y entonces pues me dijo esas palabras y me desperté medio llorando, medio así, súper removido, y lo grabé en un audio así en falsete porque como mi madre cantaba lírico, cantaba súper bonito... Lo acabé de grabar y ya se hizo de día. Me quedé ahí despierto y llamé a mi productor y él, 'no, por Dios, ya estaba todo el disco'. Pero me dijo ‘vamos, vamos a hacerlo rápido, venga’. Entonces con el latido de su corazón hicimos ahí una pequeña basecita y es como una pincelada que aparece al final —al final de la última canción, Los iguales— con esa cosita, esa sugestión.

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Soy responsable de LIFE, esa sección en la que nos empeñamos en mostrar la cara amable de la actualidad, el lado hedonista de la vida, aunque no nos tapamos los ojos ante otras realidades.

 

Sobre qué temas escribo

Como responsable de la sección trabajo mano a mano y coordino a redactores que saben mucho de música, moda, tendencias de consumo, cine, crónica social...


A mí me gusta escribir sobre salud, consumo, medioambiente y bienestar. Pero sobre todo, me gusta entrevistar a referentes culturales y sociales. Escritores, científicos, actores, periodistas... que tienen cosas que contar y mucho que aportar. O a lo mejor, no tienen nada que contar y poco que aportar, pero eso también es interesante.

 

Mi trayectoria

Soy periodista por vocación y devoción. Quise ser Julia Otero y hasta hubo un tiempo en el que aparecí en una lista de mujeres periodistas jóvenes más influyentes.

 

He hecho radio -en la desaparecida Radio España porque soy generación X- y dirigí la revista Turismo Rural, en la editorial América Ibérica. Después fui redactora de Lifestyle en la Revista de Ana Rosa, redactora jefa de la revista Love y, además, he colaborado con muchos medios, entre ellos SModa y la revista decana de medioambiente Quercus.

 

Además, he presentado galas y libros, y he moderado mesas redondas.
Hace diez años que trabajo en El HuffPost donde entré para editar contenidos branded -y lo sigo haciendo-.

 


 

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