Adiós al "juegas como una niña": el efecto en las niñas del triunfo del fútbol femenino
Elecciones Cataluña
Todos los candidatos ya han votado

Adiós al "juegas como una niña": el efecto en las niñas del triunfo del fútbol femenino

En los últimos tres años, las licencias de fútbol femenino han aumentado cerca de un 25% y el triunfo de la Selección Española ha aumentado los referentes.

Niña jugando al fútbol.Getty Images

Carla tiene solo ocho años. Aunque desde pequeña ha tenido un balón en los pies, hasta ahora no se había atrevido a apuntarse a la extraescolar de fútbol de su colegio en su Málaga natal. “Desde que empezó a andar chutaba cualquier pelota que encontrara”, bromea Marina, madre de la pequeña. “En casa, con su hermano mayor, de 12 años, su juego favorito era el fútbol. Por el patio, por el pasillo, por todos lados”, explica.

A pesar de que nunca le había llamado la atención sentarse a ver los partidos de fútbol con su hermano y su padre, este verano fue ella la que pedía ver a las actuales campeonas del mundo en el televisor. “Su padre le puso los primeros partidos y se enganchó. Tanto que estaba atacada desde que nos clasificamos para semifinales. El día del partido de Suecia estaba de pie en el sofá animando a las chicas y para la final todos nos pusimos las camisetas y nos pintamos la cara. Fue toda una fiesta”, asegura.

Esta situación la vivió también en su casa Sergi con su hija Julia, de ocho años, aunque cuenta que siempre le han llamado la atención “el fútbol y el baloncesto”. “El último Mundial de los chicos estuvimos viendo a España hasta que la mandaron a casa”, recuerda. “Cansado de escuchar que ‘es para chicos’, aproveché el mundial femenino para ver los partidos, tanto la semi como la final. Flipó muchísimo, tanto que a este punto quiere jugar al fútbol y apuntarse a un equipo de fútbol femenino en el barrio”, explica Sergi, quien busca un equipo en Vallecas para que su hija juegue.

También se ha aficionado al fútbol femenino gracias a la inclusión de equipos de mujeres en el FIFA 23, en el que están tanto las selecciones de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia y Nueva Zelanda 2023 como los conjuntos de la Barclays Women's Super League y la Division 1 Arkema, es decir, las ligas femeninas inglesas y francesas. “Marcó su primer gol y estaba emocionada”, explica su padre.

Los casos de Julia y Carla no son los únicos, las licencias de equipos femeninos de fútbol han aumentado cerca de un 25% desde 2020, contando incluso con el parón de la pandemia. Esto se ha notado también los clubs y las escuelas deportivas de los colegios.

El boom a nivel federado y la necesidad de referentes

Que las pequeñas jugaran a nivel federado era antes cosa de un grupo reducido y en algunos puntos, encontrar un club femenino era toda una odisea, sin embargo, desde 2020 el escenario es otro. Según los últimos datos de la Estadística de Deporte Federado, las licencias de fútbol femenino han pasado de 29.528 en 2008 a 87.827 en 2022.

El crecimiento ha sido especialmente fuerte entre 2020 y 2022 con un aumento de 10.000 licencias, incluso con el parón de la pandemia. Precisamente en 2021, Alexia Putellas fue la ganadora del Balón de Oro. Los referentes son necesarios.

  Licencias federativas de fútbol femenino.

“Desde hace tres o cuatro años sí que hemos notado que hay más niñas que quieren apuntarse. Y más niñas que buscan equipos femeninos porque en Madrid se puede jugar mixto hasta los 13 años, pero quieren jugar en equipos de chicas”, comenta Lorenzo Gozalo, entrenador del C.D. Breogán en Madrid, donde ofrecen equipos femeninos incluso en categorías en las que se permite aún la competición mixta.

Con respecto al “efecto Mundial” no lo achaca tanto a la victoria de la Selección como a algo que estaban notando ya desde hace tres o cuatro años. “Igual se ha notado en que se han apuntado chicas que nunca habían jugado. Antes las que venían es que venían de jugar en equipos mixtos y querían jugar en equipos femeninos y, a lo mejor, este año se ha apuntado alguna chica que era su primera vez”, apunta.

No solo en fútbol 11 se ha notado ese apoyo al fútbol femenino, también en fútbol sala. Ainhoa Ugarte del Campo es entrenadora de la A.D Escurialense en San Lorenzo del Escorial (Madrid) y para ella “hay muchísima diferencia en cantidad de equipos de fútbol base en los clubs”.

"Cuando era pequeña, ibas a un partido de fútbol femenino y no había nadie. Los padres de las chavalas y ya. Ahora vas a un partido y se ve que hay muchísima más afición, se ve gente detrás del equipo y que va movilizando masas"
Ainhoa Ugarte del Campo, entrenadora de la A.D Escurialense en San Lorenzo del Escorial (Madrid)

“Está creciendo muchísimo el fútbol base femenino. En fútbol sala se ganó la Eurocopa y se va a luchar por el Mundial, gracias a que las de fútbol 11 han ganado”, explica. Aunque detalla que la diferencia del año pasado a este 2022 no se ha notado tanto, “en las gradas sí que se nota muchísimo”.

“Cuando era pequeña, ibas a un partido de fútbol femenino y no había nadie. Los padres de las chavalas y ya. Ahora vas a un partido y se ve que hay muchísima más afición, se ve gente detrás del equipo y que va movilizando masas”, enfatiza.

Para ello, las jugadoras campeonas de Europa, en el caso del fútbol sala, y del Mundo en el caso del fútbol 11, son fundamentales. Así como la visibilidad y la reivindicación de la apuesta por el fútbol que han hecho en más de una ocasión.

"Las niñas que juegan al fútbol saben que la cosa va en serio, cuando yo empecé no veía futuro, pero lo hay", dijo Aitana Bonmatí, considerada la MVP del Mundial en una entrevista con 20 Minutos.

"Le compramos a ella la de Aitana y a su hermano la de Alexia, las del FC Barcelona porque las de la Selección no había forma de encontrarlas. Creo que es importante que, para los niños, ellas también sean referentes"
Marina, madre de Carla de 8 años

Julia, por ejemplo, sigue de cerca las jugadas de Salma Paralluelo y Olga Carmona. La lateral del Real Madrid, que anotó en la final mundialista, también es la predilecta de Carla, que se declara fan y ya tiene la camiseta de Aitana Bonmatí. “Le compramos a ella la de Aitana y a su hermano la de Alexia, las del FC Barcelona porque las de la Selección no había forma de encontrarlas. Creo que es importante que, para los niños, ellas también sean referentes”, explica.

Para fomentarlo, Gozalo asegura que llevan desde hace tiempo a las niñas del club a ver los partidos del Madrid y del Atlético. “Ellas ya conocían a jugadoras como a Athenea, a Linda Caicedo...”, detalla.

Por su parte, Ugarte apunta que en el fútbol sala también van “moviendo masas” nombres como Marta Valbuena, Peke, o Vanessa Sotelo.

Algo impensable para la generación actual de futbolistas estrellas y mucho menos para las de generaciones anteriores como Vicky Losada, quien contó a El HuffPost cómo sus referentes eran los jugadores masculinos: “En mi caso Guardiola, Iniesta, Xavi Hernández eran mis ídolos”.

  Aitana Bonmatí jugando con el hijo de Irene Paredes tras la victoria en el Mundial.FIFA via Getty Images

El recreo, todavía una batalla a librar

Pese a que cada vez hay más niñas apuntadas en clubes o en extraescolares, el patio del recreo sigue siendo un terreno peliagudo en muchos casos. Para Carla, que juega en un equipo mixto, jugar en el patio no es una opción.

“Ella me dice que aunque sus amigos de fútbol juegan, también se meten otros a jugar que lo toman como ‘cosa de chicos’ y no le apetece”, señala. Ese mensaje lo repetía también Julia, que tampoco se atrevía a pisar este espacio durante los recreos porque sus compañeras no lo hacían. “En el cole juega con sus amigos, a los que llama tramposos porque son muy tramposos, pero siempre me ha dicho que es muy ‘cosa de chicos’ porque las chicas de su cole no jugaban”, recuerda su padre.

"En el cole juega con sus amigos, a los que llama tramposos porque son muy tramposos, pero siempre me ha dicho que es muy ‘cosa de chicos’ porque las chicas de su cole no jugaban"
Sergi, padre de Julia, de 8 años

Varias iniciativas, especialmente en Euskadi, en 2019 trataron de promover otro tipo de patios de colegio en los que se dejara de lado ese “fútbolcentrismo” para evitar espacios machistas. Sin embargo, para Marina esta no es una solución. “Quiero que en ese espacio pueda hacer lo que quiera, que se eduque a los niños en que también ella tiene derecho a jugar y no es ni más ni menos, no quiero que necesariamente se quite un deporte, que como el baloncesto o el voleibol, trae beneficios para la salud y hace que los niños se muevan y puedan aprender valores”, recalca.

En este espacio, los referentes también son fundamentales. Por ejemplo, Ugarte recuerda que gracias a una amiga suya, que también juega a fútbol, las niñas se sienten más seguras. “Una amiga que trabaja de cuidadora de patios de cole, que también juega al fútbol, al meterse a jugar con ellos, se meten chicas también. Al ser adulta y meterse puede hacerlo quien sea”, explica. Ella misma vivió esos comentarios en el patio y asegura que aguantarlos o no “va en la personalidad de cada uno”.

Los padres, el arbitraje y los micromachismos

Otra barrera a derribar es, al igual que en el fútbol base en general, los prejuicios y comportamientos de algunos padres. “Sigue habiendo machismo y micromachismo porque algunos padres consideran que el niño les va a sacar de pobres y la niña, que venga a divertirse”, explica Gozalo.

“Llegan a coincidir por ejemplo, dos hermanos, que uno tenga partido a las 12 y dicen ‘no la voy a llevar porque juega el hermano’ y dicen ‘bueno, no lleves al hermano’ y dicen ‘no, sí a él sí que juega en tal división’. Eso pasa”, apunta el entrenador. Algo con lo que coincide Ugarte que lamenta que “siempre te encuentras gente así”, aunque “depende de las familias”.

"Sigue habiendo machismo y micromachismo porque algunos padres consideran que el niño les va a sacar de pobres y la niña, que venga a divertirse"
Lorenzo Gozalo, entrenador del C.D. Breogán (Madrid)

“Es verdad que los padres que han visto fútbol de chicas y tal, que lo apoya, pero siempre te encuentras a alguno que te dice ‘bueno, es que elegir un partido de mi hijo a jugar los 20 minutos o los 90, o mi hija que va a moverse un poco, elijo el de él”, señala Ugarte.

Para la entrenadora, uno de los aspectos más discriminatorios en el terreno de juego es el arbitraje. “Lo del arbitraje es una brutalidad, en los partidos de fútbol sala masculino los hombres pueden protestar al árbitro lo que puedan y más, le llaman de todo, el nivel para sacar las tarjetas es muchísimo más alto", explica, aunque apunta que con mujeres arbitrando, que son pocas, la situación es distinta: “Cuando pita un chico es que en cuanto protestas, te sacan tarjeta. Se nos exige una obediencia al reglamento del fútbol más dura que a ellos, con los que es mucho más permisivo”.

A falta de datos de licencias de este 2023, todo apunta a que cada vez habrá más Carlas y más Julias en los campos (y los patios) que sueñen con ser como Alexia, Aitana, Salma u Olga. Porque ellas han ganado un Mundial, pero las próximas generaciones han ganado referentes.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es