Ni a los 2 ni a los 3 años: ésta es la edad a la que la mayoría de los niños empiezan a mentir
Coincide con el periodo en el que los pequeños logran combinar habilidades cognitivas avanzadas.

Los niños aprenden a mentir según van creciendo y desarrollándose sus habilitades cognitivas. Y diversas investigaciones han analizado tanto la frecuencia con la que lo hacen a cada edad como cuándo son capaces de empezar a decir mentiras.
Una de las conclusiones de los expertos es que la frecuencia de las mentiras aumenta con la edad y alcanza su punto máximo cuando rondan los 12 años, según señala una investigación liderada por el Kang Lee, director del Instituto de Estudio Infantil de la Universidad de Toronto, Canadá. De acuerdo con sus conclusiones, a los cuatro años, el 90% de los niños ya son capaces de mentir.
Esto coincide con el periodo en el que los niños logran combinar habilidades cognitivas avanzadas, como la teoría de la mente y el control ejecutivo, que les permiten crear y sostener mentiras más elaboradas.
La investigación fue realizada por este equipo canadiense entre 1.005 personas de entre 6 y 77 años. La media de mentiras que decían es curiosa también: dos al día. Sin embargo, observaron, además, que este promedio alcanza su punto máximo durante la adolescencia, con un registro de 2,8 mentiras diarias, para luego disminuir en la adultez y la vejez.
En la infancia, la mentira surge como un reflejo del desarrollo cognitivo y social. Según Kang Lee, la capacidad de mentir representa un avance en las habilidades cognitivas de los niños. Su investigación reveló que solo el 20% de los niños de dos años mentía, pero esta proporción aumentaba al 90% a los cuatro años.
Un experimento realizado por Lee consistió en pedir a niños pequeños que evitaran mirar un juguete colocado detrás de ellos mientras el investigador salía de la habitación. Al regresar, se les preguntaba si habían mirado el objeto, y sus respuestas se comparaban con grabaciones que verificaban la realidad. Este diseño permitió identificar tanto la frecuencia con que los niños mienten como la forma en que intentan mantener sus historias.
Victoria Talwar, de la Universidad McGill, ha expliado en un podcast realizado para la Asociación Estadounidense de Psicología que la aparición de las mentiras se mezclan con deseos, haciendo declaraciones que reflejan más su imaginación que un intento genuino de engañar.
Una investigación publicada en Acta Psychologica observó que los adolescentes son quienes más mienten, mientras que los adultos jóvenes, de entre 18 y 29 años, son los más eficaces al hacerlo.
Este estudio vincula este fenómeno al desarrollo del lóbulo prefrontal, que madura completamente alrededor de los 25 años. Éste es un proceso en el que se incrementa la capacidad para planificar, controlar impulsos y manipular información de manera efectiva. Según el coautor del estudio, Bruno Verschuere, mentir con éxito requiere un control ejecutivo avanzado que permita suprimir la verdad de forma rápida y evitar señales de engaño, como vacilaciones.
Otro tema es la frecuencia y la sofisticación de las mentiras. Por ejemplo, durante la adolescencia están influenciadas por factores emocionales y sociales. En este periodo, los jóvenes recurren al engaño para evitar consecuencias o proteger su privacidad, según los expertos, mientras buscan construir una identidad separada de la de sus padres. Este comportamiento revela su interés en reafirmar su independencia mientras aprenden a manejarse en sus interacciones familiares y sociales.