Qué tiene de especial Rent, el musical que fueron a ver los reyes junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía
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Qué tiene de especial Rent, el musical que fueron a ver los reyes junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía

No es un musical blanco ni complaciente: habla de precariedad, VIH, identidad y amor sin etiquetas. Tres décadas después, sigue sonando incómodo, político y muy actual. Quizá por eso encajó tan bien como plan familiar.

Escena de Rent, el musical de Jonathan Larson que se representa en el Teatro Fernán Gómez de Madrid.Ananda Manjon

Tres días después del discurso de Nochebuena, la Familia Real se permitió un paréntesis lejos del carril institucional y bastante más cerca del rock. El rey Felipe VI, la reina Letizia Ortiz, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía aparecieron por sorpresa en el Teatro Fernán Gómez para ver un musical, Rent, uno de esos títulos que no pasan por un escenario sin dejar poso. No figuraba en la agenda oficial ni venía acompañado de foto protocolaria: fue un plan cultural de vacaciones. Y el elenco no se lo esperaba.

“Fue un momento muy especial para todo el equipo”, trasladaron desde la productora en redes sociales, agradeciendo una visita que, aseguran, supone “un impulso enorme para quienes trabajamos cada día para que el musical llegue a más gente, desde un espacio público y con un mensaje que sigue siendo necesario”. Tras la función hubo una charla en el escenario, fotos para el recuerdo y la sensación de que no fue una noche más en cartel.

De qué va Rent

¿Y qué cuenta Rent para seguir provocando este tipo de reacciones casi treinta años después? Durante un año, Rent acompaña a un grupo de jóvenes artistas bohemios en el Nueva York de finales de los 80 y principios de los 90. Hay precariedad, sí; amistad como refugio; amor sin pedir permiso; identidad, enfermedad y una idea de hogar que no tiene porque coincidir con lo que pone un contrato de alquiler. Todo ello envuelto en la energía del rock y la estética urbana, sin barniz amable ni final reconfortante.

La obra bebe directamente de La Bohème, la ópera de Puccini en la que artistas, poetas y músicos intentan sobrevivir en el París del siglo XIX. El musical que han visto los reyes y la princesa Leonor y la infanta Sofía se convirtió en un fenómeno generacional desde 1996, año en el que se estrenó en Broadway. Su autor, Jonathan Larson, murió horas antes del estreno, una circunstancia que contribuyó a convertir el musical en todo un mito. A partir de ahí, Rent rompió todos los códigos, ganó cuatro premios Tony y el Premio Pulitzer y se mantuvo doce años en cartel. No por inercia, sino porque ponía en primer plano historias que hasta entonces no solían ocupar el centro del escenario.

La versión que se representa ahora en Madrid, con dirección escénica de José Luis Sixto y dirección musical y adaptación de César Belda, refuerza esa lectura contemporánea, con el foco puesto en la diversidad, la pluralidad y la idea de vivir el presente “sin filtros y sin certezas”, sin convertir el mensaje en consigna. Desde la dirección se insiste en un libreto “sin prejuicios ni ideas preconcebidas” que refleja “la sociedad plural, diversa y cambiante que conformamos hoy”. 

Por todo ello, la presencia de Leonor y Sofía no resulta anecdótica en términos culturales. Rent no es un una obra de teatro musical que esté diseñada para no molestar: habla de diversidad, precariedad, enfermedad y exclusión. Lo hace desde un punto de vista incómodo, poco complaciente. Que ese sea el título elegido para una salida cultural de la  familiar dice más del tipo de obra que es Rent que de quién se sienta en la butaca.

La compañía lo resumió en una frase sencilla: “Seguimos compartiendo este viaje. Este Rent es de todes”. El montaje continúa en cartel en un teatro público y mantiene intacto el pulso social de una obra que, casi treinta años después, sigue interpelando al público.

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