La artimaña de la UER para sustituir a España en Eurovisión
Ante la previsible salida de RTVE y de otras cadenas, el festival ha trabajado en el regreso de algunos países que se apearon por cuestiones económicas y ha planteado hasta el debut de Canadá.
España, Países Bajos, Eslovenia e Irlanda han anunciado este jueves que no participarán en el festival de Eurovisión 2026, que tendrá lugar el próximo mes de mayo en Viena (Austria), después de que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) haya confirmado la presencia de Israel en el concurso.
En un comunicado, RTVE ha explicado que la situación en Gaza, "a pesar del alto el fuego y la aprobación del proceso de paz, y la utilización del certamen para objetivos políticos por parte de Israel, hacen cada vez más difícil mantener Eurovisión como un evento cultural neutral”. “No deberíamos aceptar dobles raseros. La neutralidad y transparencia es un objetivo común para garantizar un resultado veraz que respete a la audiencia y a los ciudadanos”, ha defendido el secretario general de RTVE, Alfonso Morales, en la Asamblea General de la UER que se ha celebrado hoy en Suiza.
La cadena española, apoyada por otros países, había solicitado una votación secreta para decidir si Israel debía participar o no el próximo año. La UER, sin embargo, se ha negado a ello y se ha limitado a una votación sobre los cambios en el reglamento anunciados hace dos semanas, pero que no guardan relación directa sobre la conveniencia de que Israel participe en el concurso. "Esta decisión acrecienta la desconfianza de RTVE en la organización del festival y confirma las presiones políticas en torno al mismo", aseguran desde la corporación pública.
Lo cierto es que la UER ha estado semanas trabajando ante la posibilidad de que varios países renunciaran a participar si finalmente se llegaba a escenario. Por ello, con el fin de garantizarse una presencia mínima de países que no desluzca la próxima edición y permita celebrar dos semifinales previas, la organización anunció los retornos de Rumanía (su última participación fue en 2023), Bulgaria (en 2022) y Moldavia (2024). Los tres habían abandonado, principalmente, por cuestiones económicas y por falta de interés de los artistas locales por el formato. Sin embargo, y casi por arte de magia, estos problemas han desaparecido y los tres países estarán presentes de nuevo en el certamen.
Más singular aún es el posible debut de Canadá. El primer ministro del país, Mark Carney, presentó a primeros de noviembre sus primeros presupuestos generales tras alcanzar el poder en marzo de este año. En uno de los puntos del plan económico, el referido a la radiotelevisión pública, el Ejecutivo indicaba que estaba "trabajando con la CBC/Radio-Canada para explorar la participación en Eurovisión". Un apunte muy significativo porque era la primera vez que aparecía una referencia de este tipo sobre el festival europeo en un documento oficial del gobierno.
El ministro de Finanzas e Ingresos, François-Philippe Champagne, afirmó también que se había "propuesto" a su país participar en Eurovisión, pero no aclaró si esa invitación procede directamente de UER o de alguno de los países participantes. Aunque Canadá no está en el continente europeo, su cadena pública forma parte de la UER y podría concurrir en el festival si recibe el beneplácito de los organizadores, de la misma manera que ocurre actualmente con Australia.
Los regresos de Bulgaria, Rumanía y Moldavia (más algún posible debut como el de Canadá) ayudarán a mantener el número de participantes en unos 37, aunque no servirá para hacer frente a la pérdida de audiencia que provocará que el festival no se emita en países de mucha población como España o Países Bajos. En la final de 2025, un 17% aproximado de la audiencia llegó por parte de los países que hoy han anunciado su marcha. Casi diez millones en su conjunto, frente a televisiones con una audiencia reducida y donde no hay una cultura eurovisiva tan potente.