Givi Lengenis, radiólogo: "No existe una cantidad segura de alcohol que no cause efectos negativos"
El cambio de calendario invita a revisar hábitos.
Con el final del año a la vuelta de la esquina, muchos aprovechan para repasar qué rutinas han ayudado a mejorar su bienestar… y cuáles lo han perjudicado. Entre los factores que más impacto tienen en la salud se encuentran las adicciones, y el portal lituano TV3 recoge una explicación clara del doctor Givi Lengvenis, especialista en radiología intervencionista, sobre cómo afectan realmente al organismo.
Lengvenis recuerda que, pese a la extendida idea de que “solo la dosis hace el veneno”, desde la medicina se ve de forma distinta. En su práctica diaria, este tipo de especialistas trabaja directamente sobre el sistema vascular, desde retirar trombos hasta colocar stents o tratar aneurismas. Por eso conoce bien cómo reaccionan los vasos ante sustancias como el alcohol.
El médico lo expresa sin matices: “No existe una cantidad segura de alcohol que no cause efectos negativos”. Aunque muchas personas relacionan una copa con relajación o un rostro ligeramente sonrojado, este efecto inmediato no refleja lo que ocurre a largo plazo. El experto explica que, con el consumo continuado, “el efecto es completamente opuesto”. El revestimiento interno de los vasos comienza a deteriorarse, igual que una sartén cuyo material antiadherente se va perdiendo. Esas células que recubren las paredes vasculares evitan que las plaquetas se adhieran y que se formen coágulos; además, permiten que el vaso se dilate o contraiga según las necesidades del organismo. El alcohol, sostiene, “inhibe” ese funcionamiento normal.
A ello se suma otro aspecto menos conocido: la deshidratación. Beber alcohol provoca una pérdida de líquidos de entre dos y cuatro veces mayor de lo habitual, lo que espesa la sangre y favorece las alteraciones del ritmo cardíaco. Lengvenis menciona incluso una afección con nombre propio, el llamado “síndrome del corazón de vacaciones”, que aparece tras consumos excesivos y puede desembocar en arritmias graves, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte.
Con las celebraciones navideñas y de Año Nuevo acercándose, el recordatorio resulta especialmente oportuno. Las reuniones suelen ir acompañadas de brindis, pero la salud vascular no distingue entre ocasiones especiales y días ordinarios. Los expertos recomiendan moderar el consumo, mantener una hidratación adecuada y, ante cualquier síntoma anómalo, buscar atención médica de inmediato.
El cambio de calendario invita a revisar hábitos. Según Lengvenis, comprender cómo responden nuestros vasos al alcohol es un primer paso para empezar el nuevo año con decisiones más informadas y saludables.