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Helado vs. yogur helado: una técnica nutricionista revela si uno de estos postres es mejor

Helado vs. yogur helado: una técnica nutricionista revela si uno de estos postres es mejor

Esta experta explica las razones a tener en cuenta para hacer esta elección sin necesidad de prohibiciones tajantes.

Helados italianos en un mostradorGetty Images

Cada verano vuelve la misma pregunta: ¿qué es mejor, un helado tradicional o un yogur helado? Y la técnica superior en nutrición y dietética Ana Luzón es contundente en la respuesta desde la defensa de "la alimentación intuitiva". "La mayoría de titulares responden comparando calorías, grasas o azúcares, como si tuviéramos que elegir al 'ganador saludable' y desterrar al otro. Pero esta manera de mirar la comida es la que nos mantiene atrapadas en la mentalidad de dieta: la idea de que existen alimentos buenos y malos, y que nuestro valor depende de lo que ponemos en el plato", agrega.

Tras ello explica algunas de las razones para defender esta respuesta. La primera es la trampa que hay detrás de esta comparación. "El yogur helado suele presentarse como la 'opción correcta' porque tiene menos grasa y, a veces, menos calorías, mientras que el helado tradicional se pinta como el 'capricho culpable' que deberías evitar. Y este lenguaje alimenta la culpa, la restricción y el ciclo de prohibición-atracón que tantas veces nos deja peor que al principio", señala esta experta.

La segunda cuestión que plantea Luzón es qué pasa "cuando comes desde la prohibición": "Si eliges siempre el yogur helado pensando que es lo que 'deberías' tomar, pero en realidad te apetecía un helado cremoso, es muy probable que no te sientas satisfecha y acabes buscando más". "Esa insatisfacción no se resuelve con más control, sino con conexión: escuchar lo que de verdad necesitas", añade.

En tercer lugar, esta técnica en dietética "sugiere cambiar la pregunta: del control a la elección consciente". "En lugar de preguntar “¿cuál engorda menos?”, prueba con ¿qué me apetece hoy de verdad?, ¿qué opción me va a dejar más tranquila y satisfecha? y ¿cómo quiero vivir este momento (solo, con amigas, en familia...)?", aconseja.

Y su cuarta enseñanza al respecto es que la clave está en la "la flexibilidad". "Habrá días en que disfrutes de un yogur helado con fruta y toppings frescos. Y otros en que elijas un helado cremoso porque es parte de la experiencia social o porque simplemente eso es lo que te pide el cuerpo. Ambas elecciones son válidas cuando vienen desde el autocuidado, no desde la culpa ni la comparación constante", reflexiona esta experta.

Luzón explica que "la alimentación intuitiva te recuerda que lo que realmente importa es tu experiencia: el placer, la saciedad, la conexión con el momento… y también la nutrición". Es decir, "nutrirse no significa elegir siempre lo 'más sano' según reglas externas, sino preguntarse: ¿cómo me hace sentir este alimento en mi cuerpo?, ¿me aporta energía y bienestar para lo que necesito hoy? y ¿puedo equilibrar mis elecciones a lo largo del tiempo sin caer en el todo o nada?", sugiere.

"Porque disfrutar de un helado cremoso puede darte placer y conexión social, mientras que en otro momento un yogur helado con fruta puede resultarte más ligero y refrescante", insiste esta experta. "Ambos suman si los eliges desde el cuidado y no desde la culpa". Así que, en definitiva, concluye, "la nutrición intuitiva no borra la información nutricional, sino que la coloca en su lugar: como una herramienta de autocuidado, no como una cárcel de reglas".

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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