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Soy técnica en nutrición y éstos son los cambios que experimentará tu cuerpo si te haces vegetariano

Soy técnica en nutrición y éstos son los cambios que experimentará tu cuerpo si te haces vegetariano

Esta experta analiza los nutrientes a los que debes prestar más atención para evitar carencias a medio y largo plazo.

Un plato de comida vegetariana.

Cada vez más personas se plantean dejar la carne y adoptar una alimentación vegetariana, destaca la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. "Unas veces es por salud; otras, por sostenibilidad o por razones éticas. Pero, más allá de la motivación, ¿qué ocurre realmente en el cuerpo cuando haces este cambio?", se pregunta esta experta. Cuestión a la que da una respuesta para todos los que se hayan planteado esta opción.

Luzón empieza por aclarar que "lo que siente tu cuerpo no depende sólo de lo que dejas de comer, sino de cómo organizas tu nueva forma de alimentarte". Y, a continuación, destaca seis aspectos relevantes a tener en cuenta sobre este tipo de alimentación.

El primero es que "mejora tu digestión, aunque al principio notes lo contrario", asegura la técnica en dietética. "Al reducir o eliminar la carne, muchas personas aumentan el consumo de verduras, frutas, legumbres y cereales integrales. Todos estos alimentos son ricos en fibra, y eso ayuda a regular el tránsito intestinal, mejorar la digestión y favorecer a las bacterias beneficiosas de tu intestino", explica.

Aunque advierte de que "si haces el cambio de forma brusca, es normal que al principio notes más gases o hinchazón". "Tu cuerpo necesita un tiempo para adaptarse a esta nueva cantidad de fibra, sobre todo si antes apenas tomabas legumbres", aclara.

En segundo lugar, Luzón destaca que con este tipo de alimentación "tu energía puede ser más constante": "Una alimentación basada en vegetales bien combinados —con legumbres, cereales integrales, frutos secos y grasas saludables como el aceite de oliva o el aguacate— puede ayudarte a mantener una energía más estable durante el día", afirma la experta.

Esto se debe, detalla Luzón, a que evita los picos de azúcar en sangre que a veces vienen después de comidas rápidas o desequilibradas: "Menos subidas y bajadas de energía significa también menos hambre repentina y más saciedad sostenida". Pero, además, resalta que "este efecto no depende solo de eliminar la carne, sino de la calidad y el equilibrio general de tu dieta".

En tercer lugar relaciona esta dieta con los "cambios en la microbiota intestinal". El motivo es que "cuando aumentas el consumo de vegetales, también estás alimentando a las bacterias buenas que viven en tu intestino". "Esto puede ayudar a mejorar tu sistema inmunitario, reducir la inflamación y hasta influir en tu estado de ánimo", añade.

"Ahora bien", matiza, "estos beneficios también pueden conseguirse en una dieta omnívora bien estructurada, siempre que esté basada en alimentos frescos, variados y poco procesados". Así que el efecto "lo produce el patrón global, no únicamente el hecho de ser vegetariana", agrega.

En cuarto lugar menciona que con esta dieta "no necesariamente vas a perder peso". Y lo explica: "Es cierto que muchas personas pierden algo de peso al hacerse vegetarianas, pero no es una regla general. A veces ocurre porque se dejan de comer productos muy calóricos o procesados y se aumenta la ingesta de alimentos más saciantes, como las verduras o las legumbres".

Y añade que también puede ocurrir lo contrario "si la dieta se basa en pan blanco, queso, harinas refinadas o fritos": "Ser vegetariano no significa automáticamente comer mejor. Lo importante es qué eliges comer y cómo lo combinas".

En quinto lugar, Ana Luzón resalta, respecto a la alimentación vegetariana, que, si optas por ella, "hay nutrientes que necesitan atención". "Al eliminar algunos alimentos de origen animal, hay ciertos nutrientes que debes tener presentes para evitar carencias a medio y largo plazo. 

Y subraya los esenciales: "La Vitamina B12 no está presente en los alimentos vegetales y es imprescindible suplementarla; el hierro está en las legumbres, frutos secos o verduras de hoja verde, pero se absorbe peor que el hierro animal. Puedes mejorarlo tomando vitamina C en la misma comida (por ejemplo, lentejas con pimiento rojo o un cítrico de postre). El Omega 3 (EPA/DHA): si no tomas pescado, puedes valorar un suplemento de microalgas. Y, finalmente, están las proteínas: "Puedes cubrir tus necesidades combinando bien cereales, legumbres, frutos secos y derivados de la soja. No hace falta obsesionarse, pero sí conocer cómo lograr un buen equilibrio", dice Luzón.

Finalmente, en sexto lugar, esta experta analiza este tipo de alimentación como "una sensación de bienestar que va más allá del cuerpo". "Muchas personas que adoptan una dieta vegetariana cuentan que se sienten mejor no solo físicamente, sino emocionalmente. Al tomar decisiones alimentarias que van en línea con sus valores o con lo que creen correcto, sienten más coherencia, tranquilidad y satisfacción", aconseja la nutricionista.

"Eso sí", agrega, "es importante hacerlo desde la libertad, no desde la culpa o la rigidez. Una alimentación saludable también es flexible, y no debería convertirse en una fuente de ansiedad o control excesivo".

Así que, en resumen, hacerse vegetariana "puede traer beneficios para tu salud, siempre que se planifique bien y se base en alimentos variados, frescos y nutritivos". "Pero no es una solución mágica ni la única forma de comer bien", recalca la técnica en nutrición.

Porque tanto una dieta vegetariana como una omnívora "pueden ser saludables o no, dependiendo de cómo se estructuren": "Si estás pensando en hacer este cambio, infórmate, escucha a tu cuerpo y, si puedes, hazlo acompañada de una profesional de la nutrición que tenga en cuenta tu contexto, tus necesidades y tu bienestar emocional", aconseja.