Soy técnica en nutrición y te desvelo cuál puede ser el peor postre del supermercado
La experta propone una serie de pautas a tener en cuenta al escoger productos saludables y no sólo limitarse a evitar los menos aconsejables.

Cada cierto tiempo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publica análisis sobre distintos productos del supermercado, evaluando su composición nutricional, calidad de ingredientes y etiquetado. Uno de los más recientes ha sido el que ha estudiado las natillas envasadas, "un postre lácteo muy popular pero que, en la mayoría de los casos, pero que deja mucho que desear en cuanto a su perfil nutricional", resalta la técnica en nutrición y dietética Ana Luzón. Pero, más allá de señalar cuál es “el peor postre” del supermercado, esta experta realizar una reflexión más profunda que parte de las siguientes cuestiones: ¿Cómo tomamos decisiones a la hora de elegir un postre? ¿Nos dejamos guiar por el marketing o por lo que realmente lleva dentro? Las natillas de supermercado: ¿un postre nutritivo?
Según la especialista, el análisis de la OCU revela que muchas de las natillas envasadas "contienen altas cantidades de azúcar añadido, aditivos innecesarios y una baja proporción de ingredientes de calidad". Y que, a pesar de que se presentan como un postre lácteo, la cantidad de leche real en algunas marcas es mínima en comparación con la cantidad de azúcar, almidones y espesantes.
La nutricionista recuerda las cifras clave de este estudio, en las que debemos fijarnos especialmente: Contienen hasta 22 gramos de azúcar por ración, lo que equivale a más de 5 cucharaditas; están en ellas presentes jarabes de glucosa y fructosa, que elevan aún más la carga glucémica, y también contienen aditivos espesantes y aromas artificiales para mejorar la textura y el sabor sin necesidad de usar ingredientes de calidad. En resumen, según esta técnica en dietética, "muchas de estas natillas están más cerca de ser un producto ultraprocesado con azúcar y almidón que un verdadero postre lácteo"
Pero, ¿son entonces las natillas el peor postre del supermercado? Luzón responde que, "si analizamos su perfil nutricional, las natillas industriales con alto contenido en azúcar y aditivos sí podrían entrar en la categoría de los postres menos recomendables". Pero añade que, "sin embargo, lo mismo podríamos decir de otros postres envasados como los flanes industriales, los postres de chocolate y muchas galletas comercializadas como “digestivas” o “sin azúcares añadidos” (que suelen contener edulcorantes y harinas refinadas)".
Por lo tanto, esta especialista nos recuerda que "más que preguntarnos cuál es “el peor postre”, sería más útil ir más allá y preguntarnos diversas cuestiones. "¿Cuántas veces lo consumo? Porque un postre ocasionalmente no marca la diferencia, pero si es un hábito diario, sí influye en nuestra salud", explica. "También ¿qué otros alimentos forman parte de mi dieta? Ya que el postre azucarado dentro de una alimentación equilibrada no es problemático sino que el problema surge cuando el conjunto de la dieta es pobre en alimentos frescos y ricos en nutrientes", añade la experta.
Otra cuestión importante es preguntarnos si hay alternativas mejores. La nutriciones responde claramente que sí. "Podemos encontrar opciones más equilibradas, como yogur natural con fruta, chocolate negro de calidad o postres caseros con ingredientes sencillos".
Así que, en conclusión, resume esta especialista, "más allá del peor postre, la clave está en el patrón alimentario". Y recuerda que "si algo nos enseña el análisis de la OCU es que no podemos confiar ciegamente en los productos del supermercado sólo porque parezcan “tradicionales” o vengan en envases que evocan calidad." Y añade que "leer etiquetas, comparar opciones y entender qué estamos comiendo es clave".
"Las natillas industriales con altos niveles de azúcar y aditivos pueden no ser la mejor opción, pero lo realmente importante es cómo encajan dentro de nuestra alimentación global. Comerlas ocasionalmente no supone un problema, pero si queremos un postre más nutritivo, siempre podemos buscar alternativas más equilibradas", resume Luzón. Así que, en vez de obsesionarnos con encontrar el peor postre, quizás deberíamos empezar a preguntarnos: ¿qué patrón alimentario estamos construyendo cada día?, propone.
