Soy técnica nutricionista y ésta es la diferencia entre ser intolerante o alérgico a un alimento
Esta experta advierte de que un mal diagnóstico puede llevar a eliminar alimentos sin necesidad y a ocultar el problema real.

Mucha gente asegura que es alérgica a algunos alimentos cuando, en mucha ocasiones, quizás no está tan claro de que se trate de tal cosa. De hecho, la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón cuenta que, en la consulta, escucha frecuentemente frases como 'soy alérgica a la lactosa' o 'tengo intolerancia al gluten', "cuando en realidad se están confundiendo dos conceptos que, aunque comparten síntomas digestivos, tienen orígenes, riesgos y tratamientos muy distintos", según explica. Esta experta advierte de que "comprender esta diferencia es clave para cuidar nuestra salud sin caer en restricciones innecesarias".
¿Qué es entonces una alergia alimentaria? "La alergia es una reacción del sistema inmunitario. El cuerpo identifica una proteína del alimento como una amenaza y responde de forma exagerada, liberando histamina y otras sustancias. Esto puede provocar desde picor en la boca, urticaria o diarrea, hasta síntomas respiratorios graves o anafilaxia", especifica Luzón. Esta nutricionista señala, además que la clave con una alergia es que "se activa el sistema inmune (respuesta inmediata o retardada); tiene una gravedad potencia alta; el diagnóstico se hace mendiente un prick test, IgE específica, historia clínica, y el tratamiento se basa en evitar el alimento por completo, y en casos graves, llevar adrenalina autoinyectable".
Respecto a la intolerancia alimentaria, ésta "no implica al sistema inmune", destaca Luzón. "Suele deberse a una incapacidad del organismo para digerir o procesar correctamente ciertos componentes del alimento, como ocurre con la lactosa o con los FODMAPs. Y, además, los síntomas aparecen horas después y afectan sobre todo al aparato digestivo. Respecto a la clave en el caso de las intolerancia es que se trata de "un problema digestivo o metabólico, tiene una gravedad potencial baja, el diagnóstico se hace mediante un test de aliento y dieta de exclusión y el tratamiento consiste en ajustes dietéticos personalizados, a veces con enzimas o reintroducción gradual", destaca la técnica en dietética.
También merece una explicación especial las reacciones al gluten, añade esta experta. "El gluten genera mucha confusión porque puede generar reacciones en personas con condiciones distintas. No todo lo relacionado con el gluten es celiaquía", explica. Y hay tres formas de reacción, cuenta Luzón: "Por una lado está la enfermedad celíaca, que es autoinmune, no una alergia ni una intolerancia. La ingesta de gluten daña la mucosa del intestino delgado y puede provocar síntomas digestivos y sistémicos. Además, se diagnostica con análisis de anticuerpos, genética y biopsia, exige eliminar el gluten de forma estricta y de por vida".
"Por otro lado", prosigue esta especialista, "la alergia al trigo, es una alergia verdadera, ya que se produce una reacción inmediata del sistema inmune frente a proteínas del trigo (no solo al gluten), puede provocar anafilaxia y se debe evitar el trigo, pero puede tolerarse la cebada o el centeno si no contienen trigo".
También está la sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC)", explica esta experta. "Es una condición en estudio. Se da en personas que no tienen celiaquía ni alergia, pero presentan síntomas digestivos (hinchazón, diarrea, dolor) o extra-digestivos (niebla mental, fatiga) tras consumir gluten". En este caso, "no hay marcadores claros ni pruebas diagnósticas, el diagnóstico es clínico y puede mejorar con una dieta de exclusión supervisada", señala.
La razón por la que es importante no confundirlos es porque "un mal diagnóstico puede llevar a eliminar alimentos sin necesidad, perpetuar miedo a la comida o, al contrario, minimizar una reacción grave", advierte la nutricionista. "Además, retirar alimentos sin asesoramiento puede ocultar el problema real o llevar a déficits nutricionales".
Por lo tanto, su consejo como técnica de nutrición es que "antes de eliminar alimentos por tu cuenta, busca información profesional y acompañamiento". "La clave no es vivir con miedo a lo que comes, sino entender cómo responde tu cuerpo y qué necesita. No todo malestar digestivo requiere una dieta sin gluten. No toda hinchazón es una intolerancia. Y no toda restricción alimentaria te cuida", concluye la especialista.