Adiós al estrés de la ciudad: la apacible ruta de senderismo en Madrid por los cañones del río
La mejor vía de escape para reducir el estrés.
En una ciudad tan vibrante y ajetreada como Madrid, donde el ritmo de vida suele estar marcado por el estrés y las responsabilidades diarias, las excursiones se consolidan como una vía de escape muchas veces necesaria. Por suerte, la capital tiene varias rutas de senderismo que ofrecen un respiro físico alejado del bullicio urbano, a la vez que brindan una oportunidad de reconectar con la naturaleza y reducir el estrés.
En concreto, hay una senda que discurre por la Sierra de Ayllón que ofrece unas vistas panorámicas inigualables y se encuentra muy cerca de la capital madrileña. Se trata de la Ruta de los Cañones del Lozoya y el Cerro de la Oliva, un recorrido circular de 8,5 kilómetros que se completa en aproximadamente 2 horas y media. Además, la dificultad del camino es baja, excepto algún tramo puntual que es más estrecho y elevado de lo habitual.
Este sendero ofrece una combinación única de paisajes impresionantes y tranquilidad, lo que lo convierte en una experiencia ideal para quienes buscan desconectar del bullicio urbano. Una ruta que comienza en las ruinas de la ermita de la Virgen de la Oliva, un templo románico-mudéjar que data del siglo XII, y que continúa por el Camino de Servicio del Canal del Jarama CYII, para llegar a una pista forestal que recorre el Cerro de la Oliva.
El camino hasta los cañones
En lo alto de este último punto se pueden vislumbrar los cañones del Lozoya y de las Cárcavas de Patones. A continuación, si seguimos caminando llegaremos al propio río Lozoya, el cual nace en el municipio de Rascafría y desemboca en el Jarama, atravesando de oeste a este la Comunidad. Este río nos acompañará hasta el final del recorrido, por lo que podremos ir disfrutando de los paisajes de ensueño con el caudal del agua como banda sonora.
Así, continuamos por la llamada Cañada de la Caleriza, que nos acabará por guiar hasta los cañones del río y sus imponentes paredes verticales. Finalmente, deberemos adentrarnos en el paisaje de la Garganta de las Calerizas hasta atravesar una pasarela de hierro y llegar a la Presa del Pontón de la Oliva, la más antigua de toda la Comunidad con un origen que se remonta hasta el siglo XIX aunque ahora está en desuso.
El atractivo principal de esta ruta radica en la combinación de factores: el contacto con la naturaleza, el silencio interrumpido solo por el sonido del río y la posibilidad de reducir el estrés. Más que un paseo, se trata de una experiencia sensorial en un entorno privilegiado de la Comunidad de Madrid. Además, su accesibilidad la convierte en una opción atractiva para senderistas de todos los niveles, desde familias con niños hasta excursionistas experimentados.