Este es el pueblo más pequeño de Andalucía: 53 habitantes, sin bar pero con un gran lema vecinal
Un municipio de pocos residentes pero de gran unión.

Entre los más de 8.000 municipios que conforman España, hay algunos que destacan por ser auténticos remansos de paz, donde el tiempo parece detenerse y la vida transcurre a un ritmo pausado. Son pequeños pueblos en los que residen unos pocos vecinos, rodeados de naturaleza y alejados del bullicio de las grandes ciudades. Entre ellos destaca una peculiar localidad andaluza que apenas cuenta con algo más de medio centenar de habitantes.
Estamos hablando de Benitagla, un diminuto pueblo de la provincia de Almería que tan solo cuenta con seis kilómetros cuadrados de extensión. En este rincón de la Sierra de los Filabres actualmente residen 53 vecinos que viven una realidad muy particular: la ausencia de un bar, centro tradicional de reunión y vida social en las localidades españolas. Y no solo eso, sino que no existe ningún tipo de local comercial típico como una farmacia, tienda o panadería.
Esto ha provocado que la tradición de encontrarse en una taberna haya dado paso a otros modos de socialización en Benitagla, con reuniones en la plaza o en el hogar de algún vecino. No obstante, las peculiaridades de este pueblo no terminan aquí. Durante la pandemia del Covid-19, este municipio destacó por ser el único en toda Andalucía donde el virus no reportó contagios entre sus habitantes, lo que refleja la tranquilidad con la que viven.
La ayuda es vital
La ausencia de servicios básicos dentro del pueblo responde a una emigración cada vez mayor por parte de los jóvenes que deciden abandonar sus hogares en busca de una calidad de vida mejor. La despoblación rural, que afecta a muchas zonas de Andalucía, ha llevado a que el escaso número de residentes no suponga el suficiente incentivo económico para la apertura de establecimientos como bares o restaurantes.
No obstante, pese a la ausencia de estos negocios, los residentes han sabido adaptarse gracias a la solidaridad comunitaria y la presencia regular de vendedores ambulantes. De hecho, la facilidad con la que los habitantes se brindan ayudas mutuas ha propiciado el nacimiento del lema que rige Benitagla: “Todo el mundo te ayuda”. Un estilo de vida que pone de manifiesto la bondad de las personas y su capacidad de adaptación gracias al trabajo en equipo.
En una época en la que la despoblación y la pérdida de servicios básicos son temas recurrentes en el debate público, la historia de Benitagla se erige como un recordatorio de la resiliencia y la creatividad en las comunidades rurales. A pesar de la ausencia de un establecimiento tan emblemático como lo es el bar, el pueblo sigue apostando por la unión y el ingenio para mantener vivas sus tradiciones y su vida social.