Exploran esta playa de Canarias por la noche y se encuentran con la comunidad marina tan diversa como fascinante
Una biodiversidad de más de 150 especies marinas.
Las Islas Canarias ofrecen una combinación única de mar, montaña y microclimas que han convertido al archipiélago en un destino idílico para todo tipo de viajeros. Entre sus tesoros costeros destacan playas de arenas doradas, negras o volcánicas, cada una con un carácter propio. Al caer la noche, muchos de estos literales revelan un panorama submarino tan vibrante como desconocido.
Uno de sus secretos mejor guardados es la playa de Las Canteras, conocida mundialmente por su extenso paseo marítimo, sus terrazas y sus atardeceres de ensueño, pero que cuando se pone el sol revela un oasis marino de excepcional riqueza biológica. Más allá de la orilla, cuando la ciudad se apaga, emerge un ecosistema que reúne más de 150 especies marinas, muchas de ellas difíciles de avistar en el día.
A unos 200 metros de la costa, un afloramiento volcánico natural apodado como “La Barra” actúa como un rompeolas que modera el oleaje y crea un santuario para la fauna y flora submarina. Entre sus recovecos proliferan praderas de fanerógamas marinas, fundamentales para oxigenar el agua y fijar sedimentos; y más de 210 especies de algas macroscópicas, el 30% del total catalogado en Canarias.
Un ecosistema único
Según las investigaciones de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se ha confirmado la presencia de al menos ocho especies de elasmobranquios rayas y tiburones, las cuales se refugian en estas aguas protegidas. Algunas de ellas, como el angelote (Squatina squatina) o la raya mariposa (Gymnura altavela), están catalogadas como especies en peligro de extinción, por lo que urge profundizar en el estudio de su estado de conservación.
La rica biodiversidad de la zona invita a buceadores y aficionados al snorkel a equiparse con linterna y neopreno para sumergirse en sus aguas al caer la noche. El paisaje submarino deja ver pulpos que se camuflan entre las algas, chocos ocultos en la arena, morenas negras asomando desde grietas oscuras y hasta carmelitas de piel moteada como si fuera de leopardo. En definitiva, todo un paraíso para los amantes de los animales.
Con sus 2.250 metros de longitud, Las Canteras demuestra que naturaleza y ciudad pueden convivir en perfecta armonía. Así como que no hace falta adentrarse en alta mar para descubrir un mundo vibrante: basta con esperar a la caída del sol y sumergirse en silencio para presenciar uno de los laboratorios submarinos más fascinantes de Canarias. Un entorno que, noche a noche, reafirma la maravilla y el valor de conservar nuestros ecosistemas costeros.