Las fuentes termales de Ourense que son todo un fenómeno por la temperatura a la que sale el agua
No solo es un reclamo turístico, sino también un recurso geológico y cultural.

Las fuentes termales son manantiales naturales donde el agua emerge a elevada temperatura tras un largo recorrido subterráneo, cargada de minerales con potenciales beneficios para la salud y el bienestar. Este fenómeno ha sido aprovechado por culturas antiguas y modernas tanto con fines terapéuticos como recreativos. En España, uno de los enclaves más destacados en este sentido es Ourense, conocido como la “ciudad de las aguas calientes”.
De entre los más de setenta manantiales termales que alimentan la ciudad con más de tres millones de litros de agua caliente cada día, hay uno que destaca especialmente por las cualidades de su agua. Se trata de las emblemáticas fuentes de As Burgas, cuya fama se remonta a la época romana. Este enclave no solo es un reclamo turístico, sino que se ha convertido en todo un recurso geológico y cultural.
Situada en pleno casco histórico, las aguas de esta fuente son ricas en sodio, potasio, bicarbonato, sílice, cloruros y floruros, por lo que han sido objeto tanto de la devoción popular como del interés científico por sus propiedades mineromedicinales. Pero si por algo es conocido As Burgas es porque su agua brota a temperaturas que oscilan entre los 64 y los 68 ºC con un caudal estimado en torno a los 300 litros por minuto por manantial.
Propiedades curativas
La tradición local atribuye a las aguas propiedades curativas para heridas, problemas de piel o dolencias articulares. Ahora, diversas investigaciones científicas han confirmado la idoneidad de estas aguas, sobre todo para determinadas dermopatías, especialmente las pruriginosas, es decir aquellas que producen picor. De la misma forma, trabajos recientes han explorado su potencial en el alivio de síntomas para personas con fibromialgia.
Además, los habitantes de la ciudad utilizan el agua caliente de As Burgas para diferentes usos domésticos, desde escaldar pollos hasta el abastecimiento del lavadero comunal. Y es que la tradición termal de Ourense se remonta al menos a la época romana, ya que las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz restos de un complejo termal y altares dedicados a divinidades vinculadas al agua, lo que confirma que estos manantiales fueron un lugar de reunión y culto hace más de dos mil años.
El conjunto de las fuentes de As Burgas y su entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en 2007. La combinación de alto caudal, temperaturas elevadas y variada composición química sitúa a Ourense en una posición privilegiada para el desarrollo del termalismo sostenible. Se apuesta por un equilibrio entre conservación patrimonial y dinamización económica para que las aguas sigan siendo un tesoro que brota en el corazón de la ciudad.
