Los 'free tour' están de moda y esta es la cantidad que deberías darle al guía si no quieres pecar de rácano
Éticamente hablando, ¿cuánto dinero se debe pagar al guía?

Los free tours se han disparado en popularidad en los últimos años: cada vez es más común ver paraguas de colores reuniendo grupos en el centro de las ciudades. Ofrecen una manera informal y accesible de conocer la historia y los rincones locales a pie, en grupo y con guías locales. Pero ojo, free no siempre significa “gratis”: en este caso indica que el precio lo pone el visitante al finalizar la ruta.
Su modelo de pago “a voluntad” atrae a viajeros que buscan experiencias auténticas sin tarifas fijas, aunque su denominación invita a los participantes a creer que estas rutas son gratuitas. En la teoría, los asistentes deben dar una propina en base a su satisfacción con la excursión una vez que el profesional haya concluido su itinerario. Pero esto nos lleva a una de las preguntas más repetidas: ¿cuánto dinero se debe dar, éticamente hablando?
Para responder a esta cuestión, una guía turística andaluza explica que hay dos formas de trabajar. Algunos guías cobran un salario cerrado por ruta, que puede oscilar entre los 20 y 25 euros. Así como hay quienes trabajan a través de proveedores que facilitan las reservas y, a cambio, retienen una comisión por asistente. Empresas como Civitatis o Yoorney reconocen comisiones sobre las ventas y un cargo fijo por asistente en los free tours, lo que reduce la cantidad neta que llega al guía.
¿Cuánto cobra el guía?
En caso de concertar el recorrido por medio de un intermediario, este siempre cobra por cada turista que se apunta, independientemente de que pague o no al final. El importa suele ser de 2,50 y 3 euros por cabeza, por lo que sea cual sea la cantidad que se entrega al guía al terminar la excursión hay que descontar este coste fijo de la plataforma. Así como a la cuantía final hay que quitarle la cuota de autónomo, el coste del asesor y otros impuestos.
Entonces: ¿cuánto es “lo correcto”? Pese a que no hay una única respuesta correcta, se recomienda a los viajeros considerar aportaciones mínimas orientativas para que la actividad sea sostenible. Por ello, cada turista debe dar unos 8 o 10 euros para que al profesional le salga rentable. Una horquilla que depende mucho del grado de satisfacción, el poder adquisitivo de cada cliente, el tiempo que se ha invertido o incluso el cambio de moneda.
El free permite al turista decidir pero, en cuanto a ética y moral se refiere, también obliga a quien participa a valorar el tiempo y la profesionalidad del guía. Por ello, teniendo en cuenta comisiones, impuestos y costes, una aportación de aproximadamente diez euros por persona suele ser lo mejor. En cualquier caso, pagar es también reconocer un servicio cultural y profesional que, con cada una de las aportaciones, puede seguir existiendo.
