Pablo Nemo, primer español que ha recorrido África a pie: "Más de dos años caminando en solitario y sin asistencia"
Una hazaña que le ha llevado 800 días y con la que ha pasado a la historia.

Pablo González, conocido en el mundo de la aventura como Pablo Nemo, ha cerrado una de las travesías más ambiciosas del siglo XXI: 800 días a pie desde Ciudad del Cabo hasta las inmediaciones de la Gran Pirámide de Giza, una odisea que le ha valido el reconocimiento como el primer español en recorrer África de punta a punta caminando. El aventurero y bailarín de A Coruña ha recorrido lo que él llama los Chakras de la Tierra.
La ruta suma alrededor de 15.000 kilómetros que atraviesan once países y paisajes contrapuestos: sabanas, desiertos, selvas, riberas y pueblos remotos. Fue un viaje que exigió resistencia física y adaptación permanente, pero también encuentros humanos que le sostuvieron en los momentos más difíciles. Pablo Nemo empezó su hazaña en noviembre de 2021 y la terminó en enero del 2024, logrando un hito que queda para la historia.
El aventurero ha ido transformando esa experiencia en relato y en un proyecto que ha sido bautizado como El Templo. El primer episodio de lo que promete ser una ambiciosa saga audiovisual se titula ‘Walking África’ y pretende llevar esta travesía a salas y plataformas en 2026. Ahora, Pablo ha lanzado un crowdfunding con el objetivo de lograr la financiación para llevar a cabo el segundo de sus retos.
Un viaje físico, pero también mental
“Me llevó exactamente 800 días. Más de dos años caminando en solitario y sin asistencia desde Ciudad del Cabo hasta El Cairo. Fue una travesía ininterrumpida a pie, cruzando once países, y posiblemente el viaje más transformador de mi vida”, explica orgulloso Pablo Nemo en una entrevista con Men’s Health. Los países que recorrió fueron Sudáfrica, Lesoto, Zimbabue, Botswana, Zambia, Malawi, Tanzania, Kenia, Etiopía, Arabia Saudí y Egipto.
La expedición no estuvo exenta de peligros. En sus declaraciones ha contado episodios extremos: desde ser arrestado en Zimbabue hasta encuentros con fauna salvaje, entre ellos un enfrentamiento con un hipopótamo en el Delta del Okavango y noches en las que escuchó leones a escasos metros de su tienda. Además de enfermedades, tensiones políticas en ciertas regiones y jornadas de agotamiento físico y mental. “Los momentos más duros suelen ser los que más te enseñan”, cuenta el aventurero.
Antes de empezar la expedición, Pablo pasó meses haciendo senderismo con una mochila pesada y corriendo para que el cuerpo soporte jornadas de 15 o 20 kilómetros diarios. En su mochila llevaba lo esencial: una tienda, saco, una muda, avena, crema de cacahuete y unos dos litros de agua. Aunque asegura que más allá de lo físico, el viaje también tiene mucho que ver a nivel mental y emocional. “En una travesía así, el verdadero éxito es simplemente poder seguir un día más”, concluye el primer español en recorrer África a pie.
