Uno de los puentes más largos del mundo se encuentra al lado de España: una pasarela colgante solo para osados

El turismo de aventura ha ganado popularidad en los últimos años y Andorra se ha posicionado como un destino destacado para quienes buscan emociones fuertes y contacto con la naturaleza. Rodeado de imponentes paisajes montañosos, este pequeño país pirenaico ofrece diversas actividades que desafían tanto la resistencia física como los nervios. De hecho, ¿sabías que aquí se esconde una atracción que tan solo los más valientes se atreven a cruzar?

Se trata del Pont Tibetà de Canillo, el segundo puente peatonal suspendido más largo del mundo. Esta pasarela, que une dos montañas de la Vall del Riu a una altura de vértigo, no es apta para personas con miedo a las alturas, ya que ofrece una experiencia única y desafiante. Situado a 1.875 metros de altitud, este puente ofrece una vista panorámica excepcional en un enclave privilegiado donde la naturaleza te dejará sin palabras.

Esta pasarela colgante cuenta con 603 metros de longitud y está elevada a 158 metros del suelo, además de tener un metro de ancho que permite el paso de la gente en ambos sentidos de la marcha, ya que la ruta está diseñada para ir y volver por el mismo camino. Estas cifras lo posicionan como el segundo puente más largo del mundo, tan solo por detrás de la pasarela colgante de República Checa, que cuenta con 712 metros. 

¿Cómo llegar?

La estructura del puente está diseñada con una serie de cables de acero, creando una sensación de ligereza y, al mismo tiempo, de seguridad. Aunque su diseño sigue la tradición de los puentes tibetanos, la experiencia que ofrece es moderna cuanto menos, pensada para aquellos que buscan emociones fuertes en pleno contacto con la naturaleza. De esta forma se ha convertido en una de las principales atracciones de Andorra, atrayendo no solo a turistas de los países vecinos, sino también a aficionados de todo el mundo que buscan experiencias extremas.

Para acceder a esta atracción debes coger un bus desde la carretera general hasta el pueblo de Canillo. Con la compra del billete del Puente Tibetano, tanto en la web como en la taquilla, el transporte en este vehículo es gratuito. Desde la parada de autobús hasta el inicio del puente se recorren 900 metros a pie, unos 15 minutos caminando que se recomiendan hacer con ropa y calzado cómodo de montaña. 

Una vez allí arriba tan solo queda armarte de valor y cruzar este imponente puente, además de aprovechar la oportunidad para disfrutar de las impresionantes vistas a las montañas circundantes y al valle central de la parroquia de Canillo. Cabe destacar que la entrada individual general para cruzar el puente es de 14 euros, reduciéndose a 11 euros en el caso de los menores de 12 años, los mayores de 65, los residentes de Andorra o aquellos que presenten su carné joven.