Los grandes países exportadores

Los grandes países exportadores

China se acaba de convertir en la mayor potencia exportadora del mundo. Alemania y China financian en torno al 17 y al 14 por ciento, respectivamente, de las necesidades de otros países como Estados Unidos, que acapara el 40 por ciento de los excedentes del resto del mundo.

China se acaba de convertir en la mayor

potencia exportadora del mundo, si se

tienen en cuenta tanto bienes como servicios,

desplazando a los Estados Unidos.

El gigante asiático ya era el mayor exportador

de mercancías desde el año 2007.

Entre 2003 y 2011 Alemania había superado

a Estados Unidos en mercancías, pero

nunca logró sobrepasar a la primera economía

en exportaciones de bienes y servicios.

Estas tendencias en el comercio

internacional suponen un verdadero

cambio de guardia en la economía global.

El economista Lester Thurow apuntaba

hace años que las reglas del comercio

internacional las escriben las

economías más fuertes y aquellas que

juegan un mayor papel en el comercio

internacional. China está llamada a desempeñar

un papel de liderazgo en el concierto

comercial y financiero mundial.

Esto se debe a que China no solamente

exporta grandes cantidades sino que además

tiene un superávit en su balanza comercial

y por cuenta corriente muy

voluminoso, aunque menor que el de Alemania.

Los países excedentarios en las

relaciones comerciales internacionales

son los que se encargan de financiar a los

países deficitarios. Alemania y China financian

en torno al 17 y al 14 por ciento,

respectivamente, de las necesidades de

otros países como Estados Unidos, que

acapara el 40 por ciento de los excedentes

del resto del mundo.

He aquí donde se plantea la gran

pregunta sobre la arquitectura financiera

global en el siglo XXI. El dólar estadounidense

viene desempeñando el

papel de principal moneda de reserva

desde 1945. Además, es la moneda en la

que se verifica la mayor parte de las

transacciones comerciales internacionales

y en la que se fijan los precios de muchos

bienes y servicios en general, y de

las materias primas y la energía en particular.

El dólar es la pieza angular de esa

arquitectura financiera global.

Dos tipos de presiones atenazan, sin

embargo, al dólar como moneda líder en

el mundo. Internamente, Estados Unidos

se enfrenta a una situación política muy

polarizada, con graves problemas de dualidad

de la economía y de la sociedad.

Además, resulta cada vez más difícil llegar

a acuerdos que garanticen la inversión

a largo plazo en asuntos tan vitales

como la educación y las infraestructuras,

y que además permitan una reducción

paulatina del déficit público. Externamente,

Estados Unidos se ha convertido

en un país dependiente de los países excedentarios

para la financiación de sus

déficits público y exterior. Un rayo de esperanza

podría ser la superación de su

dependencia energética gracias a los enormes depósitos no convencionales de petróleo y

gas. Pero la polarización política, económica y social,

sobre todo en términos de la distribución de la

renta, continuarán lastrando a la que todavía es la

primera economía del mundo.

España se enfrenta a estos retos desde su perspectiva

de país firmemente anclado en un bloque comercial

y monetario que también sufre de agudos

problemas. En los años 2007 y 2008 teníamos el segundo

mayor déficit por cuenta corriente del mundo

después de Estados Unidos, equivalente al 10 por

ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Las proyecciones

para el recién concluido año 2013 apuntan a

que se cerró con un modesto superávit. Esto es motivo

para la celebración puesto que las exportaciones

de bienes y servicios han crecido, pero también es

motivo para la preocupación puesto que la mayor

parte de la eliminación del déficit se debe a la reducción

de las importaciones. La economía española

continúa su ajuste en un contexto global que se va

transformando día a día. La mayor incertidumbre

continúa siendo el tipo de cambio del euro, que con

su fortaleza sigue dificultando las exportaciones europeas.

Este artículo se publicó originalmente en la revista 'Empresa Global'.