Lejos de haber construido una estructura de tendencia participativa y horizontal, con contrapesos y complementada por un líder democrático, respetuoso con los procesos y capaz de apasionar e inspirar a los demás a actuar y a participar, asistimos a un absoluto encumbramiento del caudillo, a la construcción de una organización en el que el líder indiscutido es la razón máxima de su existencia y pervivencia.