Un sistema ya tocado recibe la puntilla con un nuevo protocolo de la Consejería que normaliza la ausencia de médicos de familia en los centros de salud.
Puedo entender que al ser cargos de libre designación no tengan ya la confianza de la Consejería pero me hubiera parecido más elegante seguir otro enfoque. Si muchos profesionales recelan de sus jefes, echar a unos pocos solo va a servir para calentar el avispero.
Mientras no haya consenso y voluntad política de priorizar el presupuesto de los servicios de Atención Primaria, ésta seguirá derritiéndose como un hielo en un café caliente, con rapidez. Habrá de hacerse basándose en los máximos valores del sistema: universalidad, accesibilidad, justicia.
Cuando en mi consulta me presentan problemas complejos trato de hacer lo posible por dedicar la máxima atención. Pero, ¿qué pasa cuando sólo disponemos de 6 minutos?