Si bien en los últimos tiempos hemos podido ver algunos científicos que decidieron dar el salto a la primera línea política, como Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba, Gaspar Llamazares o Pablo Echenique, sigue siendo bastante inusual encontrar políticos con una clara formación científica.
No es lo mismo avanzar por lo desconocido que elaborar el conocimiento adquirido. Ambos son necesarios. No obstante, desde hace ya demasiado tiempo, parece que aquellos estudios que no tienen un horizonte de aplicación o éste es lejano e incierto, no merecen la consideración de relevantes. ¿Para qué, si no me va a dar réditos inmediatos?
Hoy apenas quedan media docena de investigadores (menos que técnicos de laboratorio) en un centro de 11.000 metros cuadrados. Aunque sea difícil evaluar a cuánto asciende la fuga de cerebros, ACCETE casi lleva 500 registrados. El INE indica que hemos perdido 11.000 en 5 años. ¿Hablamos de Marca España?