"Se trata de una cosa muy sencilla: defender las normas y los principios fundamentales del Derecho Internacional", dice el ministro de Exteriores de Putin.
Pese a las tremendas dificultades, todavía la retórica acompaña a la diplomacia y la opción de que Siria entregue sus armas sigue encima de la mesa, abriendo, por primera vez en muchos meses, un atisbo de esperanza a una futura solución. Una solución que, en cualquier caso, se prevé lejana