El anuncio de una competición que agrupe solo a los clubes más importantes de Europa cuenta con el rechazo de la FIFA, la UEFA y demás confederaciones y ligas nacionales.
Cada selección clasificada cuyo país sea anfitrión disputará al menos dos partidos en su propio estadio como equipo local, con lo que España podría jugar en Bilbao si hace méritos para estar en el grupo.