Rajoy vampiriza el Congreso

Rajoy vampiriza el Congreso

En la antesala de la celebración del día de los muertos, el flamante presidente se transmuta en el conde Rájula y se alimenta de la sangre de PSOE y Ciudadanos para pasar de estar en funciones a recuperar los poderes plenipotenciarios, recuperados gracias a los apoyos recibidos de ambos partidos, como han recordado los demás portavoces que han votado "no" a la investidura.

efe

En la antesala de la celebración del día de los muertos, el flamante presidente se transmuta en el conde Rájula y se alimenta de la sangre de PSOE y Ciudadanos para pasar de estar en funciones a recuperar los poderes plenipotenciarios, recuperados gracias a los apoyos recibidos de ambos partidos, como han recordado los demás portavoces que han votado "no" a la investidura.

Rajoy deja el Congreso hecho unos zorros, con 116 diputados -32 de Ciudadanos y 83 de PSOE- como zombis vampirizados, porque cada vez que asuman lo que el presidente considera 'razonable' amenazará con enterrarles con unas nuevas elecciones.

Así ha transcurrido una sesión de trámite:

La tarde más dolorosa del PSOE

"Hoy he hecho mi último servicio al PSOE", nos ha confesado un Antonio Hernando que ha sido el primero en abandonar el hemiciclo cabizbajo, como si necesitase respirar aire fresco. Era un poema ver desde la tribuna de prensa frente a la bancada socialista, las caras de los 83 diputados. Lo peor no ha sido escuchar los insultos de Bildu y Esquerra, sino soportar las insinuaciones del resto de partidos del 'no' sobre su cambiante lealtad. Al menos Bildu y Esquerra les han brindado ocasión para durante un minuto hacer una piña en un aplauso unánime a Hernando cuando ha pedido la rectificación a Rufián.

Las lágrimas hoy en el PSOE, no han sido solo las de Pedro Sánchez. A la salida algún caballero se ha ido al baño con los ojos humedecidos y otras han estallado en sollozos. Los más tranquilos con su conciencia han sido los quince del 'no'. "Me he quitado un peso de encima", decía Rocío de Frutos, mientras que Susana Sumelzo aseguraba, aliviada, tener la conciencia en paz.

El espectáculo está asegurado

Podemos y Ciudadanos toman el testigo del circo con varias pistas abiertas a la vez, simultaneando Twitter y el hemiciclo para faltarse, que para algo son la nueva política. El momento surrealista de la jornada lo han protagonizado el hombre tranquilo llamado José Manuel Villegas, número dos de Rivera, e Irene Montero, numero tres de Podemos, apoyada por Ramón Espinar, ambos muy encendidos. El propio Espinar nos ha relatado como se ha desencadenado: "Cuando PP, PSOE y Ciudadanos han aplaudido juntos a Hernando, hemos hecho un gesto señalando que aplaudían juntos. Entonces Villegas nos ha dicho 'estáis con los terroristas". Iñigo lo ha tuiteado y Girauta le ha contestado".

La versión que nos ha dado el propio Villegas es que "en un momento en que aplaudíamos una referencia a los demócratas que habían vertido su sangre, algún representante de Podemos ha gesticulado mofándose de que estuviéramos aplaudiendo juntos. Les he dicho que los que no están con las víctimas están con los terroristas".

Sensibilidades a flor de piel que desatan a la primera de cambio un altercado.

La felicidad de Ciudadanos

Habrá que esperar a que comience la legislatura para comprobar si el entreguismo de Ciudadanos a Rajoy está justificado. Es asombroso el fervor con que aplauden al hombre al que consideraban un cáncer para la regeneración, sin que Rajoy haya hecho un solo gesto. Las risas entre los diputados populares cuando Rivera advertía a Rajoy de que si le hace caso le irá bien, resultaban ofensivas. Lo que no ha impedido que la felicidad de Rivera y de su grupo les lleve a afirmar que "el futuro empieza ahora". Si el futuro empieza ahora, ya pueden comenzar a pintarlo porque se han quedado desdibujados ante la superioridad con que les trata el inquilino de la Moncloa.

Rajoy/Bela Lugosi en su casa (La Moncloa)

El flamante presidente del Gobierno pasará lo que queda del puente de Difuntos comiendo huesos de Santo antes de irse a Bruselas, para preparar los nuevos recortes que le prometió a Jean Claude Juncker por carta en mayo.

A tiempo para ver el fútbol (Barcelona-Granada). A cinco horas del cambio de hora -dormirá una hora más- y dejando tras de sí un Congreso de los Diputados repleto de zombis, como corresponde a las vísperas de Todos los Santos, llegará esta noche a su casa Rajoy/Bela Lugosi. Satisfecho y ahíto de tanto haber mordido en el cuello a sus señorías, y sin salir del escaño/ataúd.

¿Qué más se puede pedir?