“Bochorno” en Extremadura
La maniobra de Gallardo provoca la incredulidad y malestar en sectores del PSOE. Los socios de Sánchez le seguirán sujetando: “Entre Feijóo y Abascal o Sánchez, Sánchez”

Una semana más, el Ejecutivo se mostró con muchas dificultades para marcar la agenda. Lo consiguió en política internacional, ejerciendo una posición de firmeza ante Israel que poco a poco ha ido impregnando también la respuesta de toda la Unión Europea. De hecho, llegó a enredar al Partido Popular en este sentido, incapaz de articular una única contestación ante lo que está sucediendo en Gaza. Pero las medidas del Gobierno en materia de vivienda apenas tuvieron eco el mismo día, el jueves, en el que la Justicia dio un paso más en el cerco al entorno directo al presidente.
La derivada del caso de David Sánchez, el hermano del jefe del Gobierno, es aún más delicada para los socialistas. Más sonrojante. La maniobra de Miguel Ángel Gallardo para llegar al escaño de la Asamblea de Extremadura antes de que la jueza le enviara en el banquillo ha escandalizado de puertas para adentro. “Desde el miércoles, es diputado a todos los efectos”, aseguraron desde su entorno. “Bochorno”, afirmó gráficamente un diputado socialista ante las noticias que llegaban de Badajoz.
En el PSOE ya hay quienes creen que Gallardo está “achicharrado” en términos políticos pase lo que pase desde el punto de vista judicial. “Lo que ha hecho no se puede hacer”, zanja uno de sus homólogos autonómicos. “¿Esta es la carta de presentación para enfrentarse a Guardiola? De esto no hay quien se recupere”, explican fuentes socialistas. Hay voces en Ferraz que apuntan a que ha incendiado la estructura extremeña y enfadado sobremanera a la cúpula federal. Las críticas se suceden también entre los analistas políticos en radio y televisión.
“No hay por donde cogerlo”, remata un alto cargo socialista, uniéndose al coro de voces críticas. De hecho, hasta el último congreso federal del PSOE, los estatutos habrían impedido a Gallardo mantener la secretaría general, una vez la jueza ha abierto juicio oral. Sin embargo, en el último cónclave se cambiaron las normas para amparar a posibles víctimas del uso “de instrumentos jurídicos para conseguir finalidades políticas”.
En lo personal, “lo que más le afecta” al presidente es el devenir judicial de su entorno particular. Así lo reconocen sus interlocutores, más allá de las consignas políticas. Su hermano copó rápidamente todas las portadas el jueves, cuando la magistrada Beatriz Biedma le mandaba al banquillo de los acusados por supuestas irregularidades en torno a la creación y adjudicación de la plaza de coordinador de los conservatorios pacenses. También avanzan las investigaciones judiciales en relación a su mujer, Begoña Gómez, investigada por el juez Juan Carlos Peinado.
En el equipo del presidente, lo engloban todo en la campaña de acoso “por tierra, mar y aire” contra Sánchez, como publicó El HuffPost. Públicamente señalan al PP y a Vox. En privado, sugieren también la implicación de patas del Estado como la Justicia o las Fuerzas de Seguridad. Al menos, algunos sectores de las mismas. Y aún está por llegar el informe de la UCO de la Guardia Civil sobre Santos Cerdán, el número tres del PSOE. El “informe fantasma” que en Moncloa quieren tener cuanto antes para calibrar el impacto político que pueda tener.
“Las acusaciones sobre Santos son graves. Si se materializan, estaríamos ante un punto de inflexión. Es el responsable de la Organización del partido”, apunta un dirigente habitualmente crítico con las decisiones de Sánchez.
Ante esta tormenta que no cesa, lo que tiene asegurado Sánchez, al menos de momento, es el respaldo de sus socios parlamentarios. Más que el de Junts, el apoyo más titubeante es el de Podemos, tal y como admiten fuentes gubernamentales. Esta misma semana, de nuevo, Ione Belarra fue de las más duras con el Ejecutivo por su posición con Israel. Pero en Moncloa no atisban la posibilidad de que pueda fructificar una moción de censura y rechazan de plano la opción de que el presidente convoque elecciones anticipadas.
El argumento es el tantas veces repetido tanto en público como en privado y que sigue vigente: “Entre Feijóo y Abascal en el Gobierno o Sánchez, nos quedamos con Sánchez”. Así lo arguyen por ejemplo en el PNV, a pesar de las tensiones que han protagonizado estos días en Euskadi.
Mientras, el diagnóstico que hacen el PP es que la legislatura ya ha colapsado. “El tiempo de Sánchez ha terminado”, ofrecieron como titular el viernes. Si bien, en algunos sectores del partido reclaman a Alberto Núñez Feijóo que “además de esperar” a que le llegue el poder, articule un proyecto ilusionante a través de la ponencia política que verá la luz en el congreso de julio. Así lo han reclamado públicamente Isabel Díaz Ayuso o José María Aznar.
Tal y como publicó este periódico, Feijóo ha dado la bienvenida a ese debate de ideas aunque los ponentes -esto es, los moderados Juanma Moreno y Alfonso Fernández-Mañueco- esperan que sea controlado. Y, en todo caso, en el entorno del líder gallego ya avisan: “Somos un partidos de grandes mayorías y las propuestas irán en ese sentido”. “Nadie entendería que montáramos un lío con el congreso cuando el PSOE está como está”, enfatizan en la dirección nacional.