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La DGT descubre la nueva trampa del 'abuelo' en los radares de tráfico

La DGT descubre la nueva trampa del 'abuelo' en los radares de tráfico

El propietario del vehículo recibe la multa por exceso de velocidad en casa con la obligación de identificar al conductor si no es él. Y ahí es donde empieza el fraude.

Una autopista en MadridValerio Rosati

Durante 2023, (último año con datos cerrados) la DGT puso en 5.202.185 denuncias, lo que suponía una disminución del 6,7% respecto de las denuncias formuladas en 2022 (5.542.178), según un informe realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

Pese a ese descenso, el informe señala que la recaudación subió hasta los 500 millones de euros. Exactamente, alcanzó los 501.431.414 euros. 

El exceso de velocidad sigue liderando el ranking de las sanciones impuestas por la DGT con 3.355.287 denuncias, estando presente en dos de cada tres infracciones. Le siguen las impuestas por no haber pasado la ITV o ser esta desfavorable (637.520); conducir sin carnet (134.547); no utilizar el cinturón de seguridad (100.739); y utilizar el móvil al volante (92,912).

El gran problema con las multas por exceso de velocidad es que en numerosas ocasiones no se puede parar al infractor e identificarle, por lo que el propietario del vehículo recibe la multa en casa con la obligación de identificar al conductor si no es él.

Cuando la sanción implica la pérdida de puntos, la Ley de Tráfico y Seguridad Vial establece que el propietario del vehículo está obligado a identificar al conductor. Si no lo hace, se enfrenta a una sanción económica mucho más elevada, que puede triplicar el importe original de la multa. Por ejemplo, una multa de 600 euros puede transformarse en 1.800 euros, aunque con la ventaja de que no se pierden puntos del carné de conducir.

Y ahí entran en juego los abuelos de la casa, que asumen que ellos iba al volante para que a sus hijos o nietos no les quiten puntos del carné. Pero ojo si caes en esta ilegalidad, ya que supone un delito muy grave de falsedad documental y, como tal, puede acarrear incluso penas de prisión.