Los pescadores españoles se plantan ante la invasión de productos prohibidos que venden Marruecos y Argelia: "Inaceptable"
No cumplen las normativas comunitarias impuestas por el Pacto Verde Europeo.
Los pescadores españoles, en pie de guerra. El sector pesquero denuncia la "competencia desleal" que sufren de países como Marruecos y Argelia, que inundan los mercados nacionales con productos que no cumplen las normativas comunitarias impuestas por el Pacto Verde Europeo.
Bartolomé Navarro, presidente de la Federación Murciana de Cofradías de Pescadores, señala en Gaceta.es que especies como el mero y la pescadilla están siendo comercializadas con tamaños ilegales. "Por ejemplo, el mero, que debe medir al menos 45 centímetros según la normativa europea, llega a los mercados con tamaños de apenas 20 o 25 centímetros. La pescadilla, cuyo mínimo permitido es de 20 centímetros, se importa con tallas de 10 a 13 centímetros", explica. Su queja es que a ellos se les obligue a cumplir las normas comunitarias, mientras que otros países de fuera de la UE no lo hacen.
Además, Navarro advierte que muchas veces los productos que proceden de países como Marruecos y Argelia llegan eviscerados para alargar su frescura, pero podrían llevar más de cinco días desde su captura. "Esto es un riesgo para la salud pública", asegura.
El sector pesquero español se queja de que las restricciones de la Unión Europea a la pesca de arrastre han limitado su actividad, mientras las importaciones crecen sin control. Según ellos, la UE quiere mermar en un 79% los días de pesca permitidos a las flotas de arrastre en el Mediterráneo. De acuerdo con esto, los barcos solo podrían salir a faenar 27 días al año cuando, en la actualidad, lo hacen 130. Más adelante, la UE suavizó la normativa siempre y cuando los arrastreros tomen medidas para que la pesca en el Mediterráneo sea más sostenible para preservar las poblaciones de peces en peligro.
Según argumenta en su sitio web la UE, “los recursos pesqueros no son ilimitados” y la sobrepesca puede afectar a la capacidad reproductora de las poblaciones”. Por ello, “sin cierto control” se cree que “algunas poblaciones de peces podrían agotarse, o su captura podría dejar de ser económicamente viable”.
