Más allá de Noelia Núñez: otras mentiras, inflamientos, regalos y errores curriculares de los políticos
El reciente caso de la exdiputada popular recuerda a numerosos casos a lo largo de la historia política española en los que, para inflar el currículum, mintieron, compraron títulos, plagiaron trabajos y un sinfín de malas praxis que manchan el oficio político.

La "titulitis" ha infectado todos los sectores de la sociedad. En un momento en el que pareciera que cualquiera puede tener tres carreras, cuatro másteres y seis idiomas, el currículum se ha presentado como una carta al mundo laboral para plasmar las virtudes forjadas durante años de formación. En la política nunca fue así, o por lo menos nunca debería haberlo sido. La res pública siempre fue para aquellos con vocación al servicio público, a dejar algo mejor de lo que se encontraron. Vinieses de donde vinieses, sea cual fuese el oficio que desempeñases o la formación que te respaldaba. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los CV de los políticos se han llenado de mentiras, plagios, exageraciones, regalos y terminologías alejadas de la honestidad que se presupone a cualquiera que ocupe una silla de representación popular.
El caso de Noelia Núñez, quien reconoció el pasado martes que mintió acerca de las carreras de las que se habría graduado y que significó el miércoles su dimisión de todos sus cargos, pone de manifiesto una realidad que ha sido común a lo largo de los últimos tiempos: el embrollo de los currículums académicos. El de Núñez ha sido la última gota que ha caído y que ha recibido la pena máxima, algo extrañamente inusual. La falsificación de títulos, regalos de universidades o mentir en los diferentes portales institucionales se ha convertido en recurrente en un desempeño que no requiere titulación académica y que no hace a nadie menos válido para el ejercicio público. No, no hace falta tener un título para ejercer la política, pero sí honestidad.
En la actualidad y dentro del Partido Popular, también hay cargos que están relacionados con los líos académicos, pero que en ningún caso se ha traducido en dimisión. Juanma Moreno Bonilla fue uno de los últimos casos más sonados. El presidente de la Junta de Andalucía habría puesto en la página del Congreso, al igual que Núñez, una licenciatura inexistente en su formación, además del fenómeno 'currículum cambiante'. Lo habitual es que el currículum se vaya ampliando a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, en el caso de Moreno se dio al revés, con cada año pasado su CV menguaba.
En el año 2000 figuraba que era Licenciado en Dirección y Administración de Empresas y un Máster en Dirección y Administración de Empresas por EADE. En 2004, la licenciatura pasó a llamarse "estudios"; en 2008 directamente desapareció esa formación; en 2011 apareció un nuevo grado, en ese caso de Protocolo y Organización de Eventos, y dos másteres más. La justificación por parte de Moreno Bonilla fue que "hubo un error, quedó registrado en internet y como allí las cosas no se borran siguió registrado 14 años".
En el Parlamento Europeo también emergió otro caso de falsificación curricular. En el portal de Elena Valenciano, diputada socialista, de pronto se mostraba como licenciada en dos carreras —Derecho y Ciencias Políticas—. Después del revuelo que causó esta información, ella aseguró que se debió a "un error de traducción" que pidió que se subsanase. De nuevo, al igual que Núñez, la socialista sí que tenía estudios en ambas carreras, pero en ningún caso las había terminado. "En mi currículum solo pone que tengo estudios, no títulos. Empecé Derecho y luego me pasé a Políticas. No terminé, pero solo me faltan dos asignaturas de Estadística", declaró Valenciano en una entrevista concedida entonces a El País.
Movidas máster
En el primer Gobierno de Pedro Sánchez, la que fuera nombrada ministra de Sanidad, Carmen Montón, renunció a su cargo después de las informaciones que apuntaban a que habría plagiado su Trabajo Final de Máster en estudios de género y que la entonces ministra intentó ocultar y justificar a lo largo de dos días. El momento supuso el segundo dolor de muelas para Sánchez que desconocía todo acerca del caso y que tuvo que ejecutar la segunda dimisión de un miembro de su partido a los 100 días de haber dejado las maletas en Moncloa —el primero fue el exministro de Cultura, Màxim Huerta—. "Los españoles y españolas tienen un magnífico presidente del Gobierno y para que esta situación —la polémica del máster— no influya le he comunicado mi dimisión como ministra", anunciaba Montón.

Otro caso relacionados con el máster fue el de Pablo Casado. El expresidente del Partido Popular que fue relegado de su cargo por denunciar la corrupción en su propia formación también estuvo envuelto en irregularidades en su máster de la Universidad Rey Juan Carlos. De hecho, la jueza del caso, Carmen Rodríguez-Medel, apuntó directamente a que aquel título habría sido un "regalo académico" por a modo de "prebenda o dádiva" por su "relevancia política". Casado sólo habría cursado 4 asignaturas de 22 del máster de Derecho Autonómico y Local. Sin embargo, no fue el único líder popular que pecó en su máster.
Movidas madrileñas
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, fue la primera en recorrer el camino que transitó Casado. Ambos "cursaron" el mismo máster en la universidad madrileña Rey Juan Carlos, impartido por el tutor Enrique Álvarez Conde. La investigación reveló que dos firmas del acta del Trabajo Fin de Máster (TFM), supuestamente fechada el 2 de julio de 2012, fueron falsificadas y que Cifuentes nunca asistió a clase ni entregó un trabajo rastreable. La jueza Carmen Rodríguez‑Medel —que también llevó el caso de Casado— archivó delitos de prevaricación y cohecho impropio, pero mantuvo una causa por falsedad documental contra la expresidenta y cuatro personas más, incluida su asesora y el director del máster.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta actual de la Comunidad de Madrid, mintió acerca del Doctorado en Periodismo que cursó en 2011-2012, a tiempo completo, según su expediente académico. Durante su nombramiento como "alumna ilustre" de la Universidad Complutense en 2023, Ayuso afirmó que no completó la tesis porque trabajaba como becaria para pagar una habitación, pero informes posteriores revelaron que entre 2008 y 2011 percibía un salario de más de 4.200 € netos mensuales en Madrid Network, lo que contradice su versión de precariedad económica. Además, se identificaron inconsistencias sobre un supuesto máster en Comunicación Política y Protocolo impartido por el Instituto Séneca, que fuentes del propio centro confirmaron no era un máster sino simplemente un curso.
La ofensiva del Partido Popular
A raíz del caso y la dimisión de Noelia Núñez, el PP ha enarbolado la bandera de "no somos iguales" y ha invitado a diferentes miembros del Partido Socialista a seguir el ejemplo de la joven exconcejal popular de Fuenlabrada. Reclaman tanto el "plagio" de la tesis de Pedro Sánchez —que utilizó citas y artículos propios para su elaboración, nada ilegal—, como a la mujer del presidente, Begoña Gómez, que codirige un máster en la Universidad Complutense sin contar con una licenciatura.
El secretario general del Partido Popular, Miguel Tellado, también señaló a tres nombres propios de los socialistas en X. "Exigimos al Sr. Patxi López, el Sr. Puente y la Sra. Bernabé que enseñen hoy mismo los títulos de sus másteres y estudios universitarios", denunciaba. En el primero de los casos, el socialista Patxi López utiliza una forma ambigua para referirse a su formación. "Estudié Ingeniería Industrial en la Universidad del País Vasco". Una frase que no detalla ni especifica si el ex lehendakari llegó o no a terminar la carrera.
El perfil académico de Óscar Puente también ha estado señalado por parte de los populares por un punto muy concreto de su currículum. "Máster en Dirección Política por la Fundación Jaime Vera", dice su perfil. Sin embargo, esta titulación no se trata de un máster, sino de un curso vinculado al propio Partido Socialista. Hasta el 14 de abril de 2025, en la web del PSOE figuraba el perfil de Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad del partido, como "licenciada en Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual" por la Universitat de València. Sin embargo, al día siguiente, se modificó el enunciado: el término "licenciada" se sustituyó por "inició sus estudios en...". En otras palabras, la misma terminología que usa Patxi López: ambigua y sin concretar.
Para entrar en política no es necesario una licenciatura, ni un máster, ni ningún folio sintomático de la 'titulitis' que atraviesa la sociedad. Sin embargo, de un tiempo a esta parte muchos políticos han pretendido inflar su trayectoria académica para tener un mayor estatus dentro del mundo parlamentario. Un error que ha significado la dimisión en la carrera de Noelia Núñez y que ahora, por consecuencia, apunta a otros dirigentes públicos cuya formación queda bajo sospecha.
