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No, no solo pasa en España: Canadá vive un fin de semana marcado por el boicot deportivo a Israel en tenis y ciclismo

No, no solo pasa en España: Canadá vive un fin de semana marcado por el boicot deportivo a Israel en tenis y ciclismo

Las protestas propalestinas obligan a celebrar un partido de la Copa Davis entre Israel y Canadá a puerta cerrada, mientras, como en La Vuelta, centenares de personas protestaron por la participación del equipo israelí de ciclismo en los Grandes Premios de Montreal y Quebec.

Protestas durante el partido entre Canadá e Israel en la Copa Davis.

Aunque haya quien intente hacer creer que solo en España se organizan boicots o protestas contra la participación de Israel en eventos deportivos, no solo en La Vuelta ciclista a España sino también, por ejemplo, en un torneo de ajedrez en Sestao, no es así. Los discursos chocan demasiadas veces contra la realidad. A pesar de que estos días toda la atención estaba puesta en la carrera ciclista, en Canadá, como en el resto del mundo, también sucedían cosas. Entre otras, el equipo canadiense de tenis se enfrentaba este fin de semana contra el conjunto de Israel en la Copa Davis, pero sin público. ¿Por qué? Pues sí, por lo mismo que ocurrió en La Vuelta, por Israel.

Ya en agosto, más de 400 personalidades canadienses del mundo del deporte pidieron a la Federación de Tenis de su país que cancelasen la eliminatoria contra Israel que se tenía que celebrar en Halifax. "Mientras Israel continúa su genocidio en la Franja de Gaza y fomenta la violencia de los colonos en Cisjordania, las sanciones deportivas contra esa nación constituyen una herramienta fundamental para mostrar la desaprobación constante de Canadá frente a las acciones israelíes", dijeron en su petición, firmada entre otros por el corredor olímpico Mohammed Ahmed, quien ganó para Canadá una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.

Esa presión, sumada a "la información recibida de las autoridades locales y las agencias de seguridad nacional", además de “las interrupciones observadas en otros eventos recientes, tanto en Canadá como a nivel internacional", obligaron a la Federación de Tenis canadiense a tomar una decisión. No cancelaron el evento, pero sí consultaron con la Federación Internacional de Tenis (ITF) y optaron por jugar el partido a puerta cerrada, "sin público presente". "Nos hemos visto obligados a concluir que jugar a puerta cerrada es la única manera de proteger a los participantes y preservar el evento", dijo Gavin Ziv, director ejecutivo de Tennis Canada la semana pasada.

Durante la celebración de los partidos de la Davis, los alrededores del estadio, el Scotiabank Centre, se llenaron de manifestantes propalestinos. Las protestas lograron no solo que el partido se disputara sin público, sino que el Ayuntamiento de Halifax retirase el premio de 50.000 dólares que pensaba entregar al ganador.

Pero es que no solo pasó eso. Al igual que en España, en Canadá se celebraron estos días dos eventos ciclistas, dos grandes premios en Montreal y Quebec que también contaron con la presencia del equipo Israel-Premier Tech, cuyo propietario, Sylvan Adams, es un empresario canadiense-israelí. Bueno, pues en sendos eventos hubo centenares de personas que protestaron contra la presencia del conjunto de Israel. Exactamente igual que durante La Vuelta a España.

En el diario Montreal Gazette se hicieron eco de las declaraciones de Safa Chebbi, portavoz de Desinversión en Palestina, una de las organizaciones que convocó las protestas tanto en Montreal como en Quebec. "Israel Premier-Tech no es solo un equipo deportivo: es una máquina de propaganda. Permitirle participar es aceptar que Montreal siga siendo cómplice del genocidio en Gaza. Nos negamos a permitir que nuestras calles y eventos, financiados en parte con fondos públicos de Canadá y la ciudad de Montreal, se utilicen para encubrir los crímenes de una entidad colonial y genocida".

Así que no, no solo pasa en España.

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Me llamó Héctor Juanatey, aunque como dice Xoan Tallón, eso no importa, todo el mundo tiene un nombre. Me gusta escribir y contar cosas. En El HuffPost escribo de política, y como política lo es todo, decirles esto es como decir todo y decir nada.

 

Sobre qué temas escribo

En El HuffPost escribo, como ya les dije, de política, que es todo. Si quisieran entrar más en detalle, les cuento: por gustar, me gusta escribir de todo aquello que me preocupa dentro y fuera de la redacción. En los últimos años, por ejemplo, he estado investigando el ascenso de la extrema derecha, una suerte de virus invisible que crece cada día más. Un crecimiento, sin embargo, que también tiene responsables, y en ellos me gusta fijarme, ya sea Elon Musk, Mark Zuckerberg o influencers de ultraderecha con cada vez más adeptos. Pero también la política es causa de la desafección de la que beben los ultras. De ahí que no haya que olvidarse nunca de temas fundamentales como la vivienda; en definitiva, de las condiciones materiales de la ciudadanía. Por ese motivo, también, y desde la cobertura que hice para Público durante el 15M en la Puerta del Sol, en Madrid, he centrado gran parte de mi trabajo en las diferentes reivindicaciones de la movilización social. Sospechen siempre de aquellos periodistas que acostumbran a agobiar con la cantinela de la objetividad. Al final, solo buscan desprestigiar el sentido mismo de la profesión.

 

Mi trayectoria

Pese a todas las advertencias, desde que me decanté por estudiar periodismo (Licenciatura y Máster en Periodismo de Investigación), a excepción de un parón en el que trabajé en discurso y comunicación política, he tenido la suerte de dedicarme a escribir. Empecé en La Voz de Galicia y, tras dejar la terruña (Galicia) y mudarme a la capital en busca de oportunidades laborales, pasé por Público, La Sexta, fui redactor fundacional de eldiario.es, y he escrito para un buen número de medios como Praza.com, la revista Luzes, Playground Magazine, La Marea, Vanity Fair o CTXT. En una ocasión estuve en el campamento de refugiados de Dajla, en el Sahara, y de allí me traje unas breves anotaciones que fueron publicadas como libro, ‘Dajla. Apuntes desde o Sahara’, editado por Praza. En otra, entrevisté a Txema Guijarro, una de las personas que trabajó en el asilo de Julian Assange y Edward Snowden, y esos diálogos se transformaron también en libro, ‘El analista. Un espía accidental en los casos Assange y Snowden’, de Libros del KO. En otro lapso de tiempo, creé junto a los cómicos Facu Díaz y Miguel Maldonado un programa de humor, La Tuerka News, porque tengan claro que sin risas nos vamos a la m*****.

 


 

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