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Quiénes son 'Las seis de La Suiza', las sindicalistas que han entrado en prisión

Quiénes son 'Las seis de La Suiza', las sindicalistas que han entrado en prisión

Seis sindicalistas de la CNT han ingresado este miércoles en prisión después de haber organizado protestas frente a un establecimiento en Gijón para defender los derechos de una de ellas. La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pide su indulto.

Concentración para pedir la libertad de las seis de La Suiza, este jueves.EFE/ Juan González

El 15 de junio de 2015, una empleada de la pastelería La Suiza, en Gijón, pidió permiso a su jefe para abandonar su puesto. Se sentía indispuesta y estaba embarazada, motivos que este no encontró suficientes para acceder al ruego. La trabajadora, entonces, se puso en contacto con su pareja, que acudió al local. Allí, comenzó una tensa discusión con el jefe que derivó en altercado y en una posterior denuncia del propietario. La empleada, al final, se fue a casa y se acogió a una baja laboral por riesgo de aborto. Tiempo después, la mujer, ya con su hijo y de baja por maternidad, acudió al sindicato CNT porque quería negociar su despido. Alegaba estrés, ansiedad y haber sido objeto de acoso laboral y sexual. No quería volver. Desde el sindicato trataron de negociar con su jefe una salida digna: 6.000 euros de indemnización y la retirada de la anterior denuncia a su pareja. El empleador no aceptó y desde la confederación anarcosindicalista, como en muchos otros conflictos laborales, organizaron protestas a las puertas de la pastelería. El dueño del establecimiento denunció los hechos y, ahora, diez años después, seis de las tantas personas que participaron en las concentraciones, han ingresado en prisión tras haber sido condenadas por "coacciones graves". Se las conoce como 'Las seis de La Suiza'.

A pesar de su actividad sindical, las seis de La Suiza fueron condenadas el 23 de junio de 2021 a tres años y medio de cárcel, además de tener que afrontar el pago de una cuantiosa indemnización, por el magistrado Lino Rubio Mayo, el mismo juez que años antes había condenado a los sindicalistas de Naval Gijón que inspiraron a Fernando León de Aranoa para su película Los lunes al sol, Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala. Lino Rubio dio total veracidad a los argumentos del dueño de la pastelería, que aseguró que su negocio se fue a la ruina por culpa de los piquetes sindicales. Una investigación del medio asturiano Nortes, sin embargo, demostró que "La Suiza ya estaba en crisis antes del inicio del conflicto laboral". El local estaba en venta en 2016, un año antes del inicio de las protestas, por 216.494 euros. Se vendió en septiembre de 2017, una vez finalizadas las concentraciones, por solo 2.500 euros menos, 212.500 euros, según la información del citado medio.

Desde el principio, la persecución a las seis de La Suiza concentró el apoyo del mundo sindical y político. Hace unos días, la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz se reunió con estas sindicalistas, cinco mujeres y un hombre, y aseguró que, "como ministra de Trabajo, [...] el Gobierno de España tramitará el indulto". "Esto no ha pasado jamás en democracia", denunció Díaz. Esta semana, después de que las seis de La Suiza entraran en prisión, insistió en la misma idea. "El sindicalismo es un derecho, no un delito. Trabajamos dentro del Gobierno para que el indulto llegue cuanto antes. En una democracia nadie debe estar en prisión por defender los derechos laborales", defendió.

El indulto, que se reclama desde que la condena fue firme, ha sido solicitado también por el Gobierno de Asturias, en manos de una coalición entre el PSOE e IU. En declaraciones a los medios, el portavoz del Ejecutivo asturiano, Guillermo Peláez, cree que la medida de gracia es necesaria "hoy más que nunca", tanto por circunstancias humanitarias, personales como proporcionales a los hechos condenados.

Mientras, desde el sindicato CNT denuncian que "el encarcelamiento de las 6 de La Suiza es un castigo ejemplarizante para sembrar miedo entre quienes luchan". "Seis sindicalistas por hacer sindicalismo. Entran presas por defender los derechos laborales. Por practicar la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras: es decir, se está condenando la actividad sindical en su aspecto más esencial: la puesta en práctica de nuestros intereses como clase trabajadora", afirman en un comunicado.

A pesar de las peticiones de indulto desde el conjunto de las organizaciones sindicales, en el seno del Gobierno central y de que los sindicalistas solicitasen la no aplicación de la pena, algo a lo que no se oponía el fiscal, el juez decidió este miércoles su inmediato ingreso en la cárcel asturiana de Villabona. Allí se presentaron las seis este jueves, todas juntas. Su abogado trabaja para que, al menos, se les aplique el tercer grado lo antes posible, de manera que no tengan que dormir en la cárcel. Aunque "están fuertes", también "preocupadas", según declararon fuentes cercanas a las sindicalistas al periódico asturiano El Comercio. "Tienen hijos, trabajo, hipotecas, alquiler y todo lo que conlleva una vida cotidiana", dijeron las mismas fuentes.

La misma tarde del jueves, centenares de personas se concentraron de nuevo en Gijón para exigir la libertad de las seis de La Suiza. El dueño de la pastelería, tras cerrar esta, ha reabierto otro local en Oviedo, muy cerca de la Catedral.

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Me llamó Héctor Juanatey, aunque como dice Xoan Tallón, eso no importa, todo el mundo tiene un nombre. Me gusta escribir y contar cosas. En El HuffPost escribo de política, y como política lo es todo, decirles esto es como decir todo y decir nada.

 

Sobre qué temas escribo

En El HuffPost escribo, como ya les dije, de política, que es todo. Si quisieran entrar más en detalle, les cuento: por gustar, me gusta escribir de todo aquello que me preocupa dentro y fuera de la redacción. En los últimos años, por ejemplo, he estado investigando el ascenso de la extrema derecha, una suerte de virus invisible que crece cada día más. Un crecimiento, sin embargo, que también tiene responsables, y en ellos me gusta fijarme, ya sea Elon Musk, Mark Zuckerberg o influencers de ultraderecha con cada vez más adeptos. Pero también la política es causa de la desafección de la que beben los ultras. De ahí que no haya que olvidarse nunca de temas fundamentales como la vivienda; en definitiva, de las condiciones materiales de la ciudadanía. Por ese motivo, también, y desde la cobertura que hice para Público durante el 15M en la Puerta del Sol, en Madrid, he centrado gran parte de mi trabajo en las diferentes reivindicaciones de la movilización social. Sospechen siempre de aquellos periodistas que acostumbran a agobiar con la cantinela de la objetividad. Al final, solo buscan desprestigiar el sentido mismo de la profesión.

 

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Pese a todas las advertencias, desde que me decanté por estudiar periodismo (Licenciatura y Máster en Periodismo de Investigación), a excepción de un parón en el que trabajé en discurso y comunicación política, he tenido la suerte de dedicarme a escribir. Empecé en La Voz de Galicia y, tras dejar la terruña (Galicia) y mudarme a la capital en busca de oportunidades laborales, pasé por Público, La Sexta, fui redactor fundacional de eldiario.es, y he escrito para un buen número de medios como Praza.com, la revista Luzes, Playground Magazine, La Marea, Vanity Fair o CTXT. En una ocasión estuve en el campamento de refugiados de Dajla, en el Sahara, y de allí me traje unas breves anotaciones que fueron publicadas como libro, ‘Dajla. Apuntes desde o Sahara’, editado por Praza. En otra, entrevisté a Txema Guijarro, una de las personas que trabajó en el asilo de Julian Assange y Edward Snowden, y esos diálogos se transformaron también en libro, ‘El analista. Un espía accidental en los casos Assange y Snowden’, de Libros del KO. En otro lapso de tiempo, creé junto a los cómicos Facu Díaz y Miguel Maldonado un programa de humor, La Tuerka News, porque tengan claro que sin risas nos vamos a la m*****.

 


 

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