Adiós a los pisos okupados: las comunidades de vecinos alarman con el nuevo objetivo de los okupas
Primero fueron las viviendas, ahora le toca el turno a las plazas de garaje.

La ocupación no solo se limita a las viviendas, sino también a las plazas de garaje, que durante los últimos años también se han visto afectadas por la llegada de intrusos. Aunque esta acción no tiene por qué catalogarse como una okupación como tal, ya que la gran parte de ocasiones suele ser algo temporal, lo cierto es que puede resultar de gran molestia para los propietarios, que tienen que molestarse en comenzar disputas legales o en pedir a los ocupantes que abandonen el lugar.
Qué estrategia podemos tomar en esta situación:
En estos casos, la mejor opción es denunciar, aunque esta vía, por lo general, suele ser mucho más lenta que el resto. Por ello, antes de empezar una batalla legal, se recomienda intentar mantener la calma y hablar con la persona que nos ha ocupado nuestra plaza de garaje para que la abandone.
Si la persona no está por la labor de colaborar y tampoco se muestra poco dispuesto a retirar su vehículo, el primer paso será advertirle de que se tomarán acciones legales. Tomar fotografías o realizar videos de la plaza ocupada puede ayudarnos en este aspecto, junto con la presentación de las escrituras.
Se aconseja que, para evitar este tipo de situaciones, realicemos algunas medidas preventivas como por ejemplo instalar un guardaplazas metálico con cerradura, aunque para ello se necesita una autorización de la comunidad de vecinos.
Si la persona que ha ocupado la plaza de garaje no es un vecino y es una persona ajena al garaje, la vía amistosa será mucho más complicada, por lo que se recomienda comenzar un proceso judicial, pero nunca recurrir a la violencia.
Qué debemos evitar a toda costa:
Lo que nunca debemos intentar hacer es expulsarlos mediante la fuerza, ya que el primero que saldrá perjudicado es el agresor, por mucho que el agredido estuviese ocupando su espacio. Tampoco se recomienda pinchar las ruedas del vehículo que esté ocupando la plaza, ni tampoco dañarlo, porque igualmente tiene consecuencias legales.
Otra de las cuestiones que se recomienda evitar es llamar a una grúa, por mucha tentación que pueda haber, ya que constituye una intervención sobre una propiedad privada que solo puede llevarse a cabo mediante una resolución o autorización judicial, no por cuenta propia.