Bares de pueblo contra la despoblación: "No había ningún sitio donde tomar café ni donde juntarse"

Bares de pueblo contra la despoblación: "No había ningún sitio donde tomar café ni donde juntarse"

Los pequeños comercios de estos municipios reivindican su papel en la vida rural mientras que la iniciativa de Teruel Existe para protegerlos llega al Parlamento.

Vecinos de Segura de Toro (Cáceres) en el bar La Plaza.Cedida

“¡Silvi, abre el bar!”. Eso era lo que le decían los vecinos de Segura de Toro (Cáceres) a Silvana Fajín para animarla a que tomara las riendas del local de la plaza del pueblo. Finalmente se animó y desde diciembre regenta el bar La Plaza.“Muchos se quejaban de que no había ningún sitio donde tomar ni un café ni donde juntarse”, cuenta Fajín en conversación telefónica con El HuffPost, quien asegura que conoce a todos los vecinos del municipio, que son como “una gran familia”.

Segura de Toro apenas contaba 177 habitantes en 2022, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Silvana comenta que el bar ha revitalizado en gran medida la vida del pueblo, y defiende que por encima del beneficio económico está el valor social. “Después de misa las señoras vienen a tomar su café, los que vienen o van a trabajar igual, a tomarse su cervecita o un vino”, afirma Fajín.

Sin embargo, no porque de primeras todo suene bien la historia se convierte en un camino de rosas. Silvana enumera las dificultades como quien recita los pasajes del vía crucis: “Es un esfuerzo muy costoso entre la luz, el alquiler, los autónomos, la gestoría, la alarma, el seguro…”. Son demasiadas cosas como para que la demanda de 177 vecinos pueda permitir adelante sacar el negocio holgadamente.

Teruel Existe estima que alrededor de 140.000 personas viven en municipios que carecen de bares

Pero lo personal pudo más y afirma que, aun con todo, está “encantada”. Fajín, de 54 años, originaria de Uruguay e hija de emigrantes gallegos “se enamoró” del pueblo durante un proyecto de voluntariado hace tres años. Se compró una finca y se asentó. Estuvo trabajando para el Ayuntamiento barriendo las calles hasta que finalmente abrió La Plaza.

Pero para que iniciativas como la de Silvana no se conviertan en un calvario, Teruel Existe ha llevado al Congreso de los Diputados esta semana una proposición de ley para que los bares y pequeños establecimientos de los pueblos de menos de 200 habitantes, como Segura de Toro, sean incluidos en la ley de Economía Social. Esto permitiría que estas pequeñas empresas pudieran acogerse a una serie de bonificaciones e incentivos fiscales que contribuirían a su sostenimiento financiero, sostienen desde el partido.

Durante la sesión para la toma en consideración de la reforma legislativa, Tomas Guitarte, portavoz de Teruel Existe defendió que este tipo de locales son fundamentales para combatir la despoblación de los entornos rurales. También los definió como una herramienta indispensable contra la "soledad" que sufren muchos de sus habitantes y para el desarrollo de sus economías.

Fuentes del partido contactadas por El HuffPost afirman que la medida se mueve en dos ejes principales. El primero de ellos, reconocer la labor de “cohesión social” que estos establecimientos realizan en los pueblos. Y el segundo, facilitar el “sostenimiento financiero” de estos comercios para que puedan contribuir al desarrollo económico de las zonas rurales y así poder retener población y revertir la despoblación.

Una situación que afecta a 240.000 personas

Desde el partido de Guitarte aseguran que muchos de estos pueblos se han quedado ya sin bares ni otros pequeños comercios, por lo que la falta de capacidades para socializar empujan a sus vecinos a abandonarlos. Lo cual, denunció el portavoz, vulnera el derecho a la libertad de residencia que contempla el artículo 13.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Desde Teruel Existe estiman que alrededor de 140.000 personas viven en municipios que carecen de bares, una cifra que podría ser mayor si se tiene en cuenta aquellos en los que no hay al menos una tienda.

En España, según los datos del Ministerio para el Reto Demográfico, alrededor de 240.000 personas viven en municipios de 200 o menos habitantes, buena parte de ellos se encuentran en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón, especialmente en la provincia de Teruel.

El despoblamiento de los pueblos de España no ha dejado de crecer en los últimos años, algo que se puede ver claramente en el desequilibrio que muestran el número de municipios según su población. Desde el 2000, aquellos pueblos de menos de 100 habitantes han pasado de 928 a 1.379, mientras que los que contaban entre 101 y 500 han disminuido de 2.879 a 2.614. En la otra cara de la moneda están los que tienen una población entre 30.001 y 50.000, que han pasado de 73 a 110 o los que cuentan 100.001 a 500.000, de 49 a 57.

Roche Murciano, presidente de la Asociación de Establecimientos Turísticos de la provincia de Teruel, califica la situación de muchos pueblos de la provincia como “dramática”, y saluda la propuesta de Teruel Existe: “Todo lo que pueda beneficiar a que los establecimientos de estos pueblos tengan más fáciles las cosas a mí personalmente me parece bien”.

Murciano reivindica el papel social de este tipo de comercios, y asegura que quienes los sacan adelante no se guían principalmente por el lucro personal: “Quien pone un bar en un pueblo no lo hace por el beneficio económico, lo hace por dar un servicio humildemente”. Algo que se hace especialmente difícil en un entorno donde la densidad de población a veces es la misma que en el “desierto del Sáhara”, expone Roche.

Silvana opina igual que Murciano: “La función del bar es social”. Sin embargo, las dificultades y la burocracia a veces le hacen el trabajo cuesta arriba. “Ahora en verano tendría que contratar a una persona para la terraza, pero estoy esperando una subvención que todavía no termina de llegar y con lo que saco no puedo contratar a nadie”, asegura Fajín desde Segura de Toro.

Las fuentes de Teruel Existe creen que con la inclusión de estos negocios en la Ley de Economía Social podría facilitar la viabilidad económica de estos negocios, que enfrentan más dificultades que los que se abren en las ciudades. Entre los incentivos de que ofrece la ley se encuentran bonificaciones en las tasas de contratación de trabajadores.

Además, el partido afirma que su iniciativa tiene base científica, y está en lo cierto. Una investigación del Journal of Rural Studies realizado en Irlanda concluye que la existencia de pubs en los pueblos de ese país favorece la socialización de sus habitantes, su bienestar y el progreso económico. 

Murciano insiste en que a veces el bar puede marcar la diferencia entre la supervivencia o desaparición de un pueblo entero. “Igual si alguien abre un bar y se va a vivir al pueblo con su familia la escuela permanece abierta y la situación mejora, se frena la despoblación y crea empleo", cuenta Murciano, que incide además en que la falta de trabajadores agrava la situación. Sobran vacantes para "todo el que quiera": "Si viene alguien diciendo que quiere trabajar a uno de estos pueblos, no hace falta ni ver el currículum".

¿Qué dice la ley de Economía Social y qué se quiere cambiar?

La ley de Economía Social regula la actividad de todas aquellas empresas basadas en una organización que se aleja de la estructura clásica capitalista, basada en una persona que aporta el capital y otros individuos que aportan el trabajo.

Lo explica Mónica Melle, profesora de Economía de la Universidad Complutense de Madrid. “Los trabajadores se asocian y se organizan, todos son socios. El objetivo, en vez de maximizar el beneficio, pasa por la continuidad de la empresa y la reinversión de los beneficios”.

Está bien que se les den incentivos fiscales, por ejemplo, pero también habría que ver cómo afectaría eso al gasto público y si compensarían los resultados
Mónica Melle, profesora de Economía de la Universidad Complutense de Madrid

Es decir, son las cooperativas, mutualidades, cofradías de pescadores, asociaciones laborales... La modificación de la ley que propone Teruel Existe añade a los pequeños comercios de los pueblos de menos de 200 habitantes entre los actores que puedan acogerse a la norma.

Sin embargo, Melle advierte que hay que hilar muy fino y estudiar bien las medidas. “Está bien que se les puedan dar incentivos fiscales, por ejemplo, pero también habría que ver cómo afectaría eso al gasto público y si compensarían los resultados”, comenta Melle, que en esa línea afirma que si no es una medida que vaya a solucionar el problema de raíz, puede ser que solo se esté “alargando la agonía” de esos negocios. La profesora también puntualiza que habrá que evitar que otras empresas no ligadas al entorno puedan intentar aprovecharse de esta ley para obtener beneficios de manera interesada.

Hay que hacer atractivas esas zonas para que más gente pueda mudarse allí a vivir y trabajar
Mónica Melle, profesora de Economía de la universidad Complutense de Madrid

La economista aboga por que se tomen además otras medidas, como fortalecer también los servicios públicos, las comunicaciones, las conexiones a internet en la España despoblada: “Hay que hacer atractivas esas zonas para que más gente pueda mudarse allí a vivir y trabajar, pero para empezar tiene que haber médicos y escuelas, porque si no, es difícil que alguien vaya a irse allí”.

Algunos grupos políticos calificaron la propuesta de modificación de la ley como "improvisada", al tiempo que otros afirmaron que distorsionaba el concepto de Economía Social —UP y Cs—. A pesar de ello, pasó holgadamente la toma en consideración en el Congreso de los Diputados con 303 votos a favor, 23 en contra y 10 abstenciones. Ahora se abre el plazo para presentar enmiendas y afinarla.

Tu navegador no tiene un plugin para PDF, puede descargarlo aquí Proposición de ley de Teruel Existe para modificar la ley de Economía Social

El Batán, una estrella michelín en la sierra de Albarracín

En el imaginario colectivo, cuando uno piensa en un bar de pueblo, la imagen recurrente es la de un lugar costumbrista, sin embargo, en el medio rural caben muchas más iniciativas.

Desde mayo de 1999 en Tramacastilla, un pueblo de 117 habitantes de la sierra de Albarracín (Teruel), María José Meda y su pareja están al frente del restaurante El Batán, el único de la provincia con una estrella Michelín y un Sol Repsol. Meda admite que al principio “fue duro”, porque la gente “venía a Albarracín” pero no llegaban hasta la sierra. “Ahora la gente sí viene, y la situación tanto en Tramacastilla como en los pueblos de alrededor ha mejorado”, afirma.

Solamente su restaurante ha supuesto la llegada de 13 personas, sus empleados, a la zona de manera directa, la gran mayoría de ellos desde ciudades como Barcelona o Valencia. Meda pone en valor iniciativas de alta cocina como la suya: “Es importante que exista el típico bar de pueblo, que es donde la gente del pueblo hace vida social, pero también tiene que haber establecimientos que atraigan turismo y aporten riqueza cultural”.

Desde Teruel Existe afirman que no les “parece mal” establecimientos como el de Meda se puedan beneficiar también de iniciativas como la que han propuesto: “Es una manera de incentivar a que se hagan cosas de alta calidad en el mundo rural, que no solo tiene ser un sector primario basado en la agricultura y la ganadería, que siempre será un sostén fundamental, pero también se pueden hacer cosas más innovadoras”.

Meda habla con orgullo de El Batán porque "lo ha visto crecer", igual que ha visto a crecer a su hijo Jesús en Tramacastilla, donde durante años fue "el más pequeño del colegio" y ahora, con la llegada de nuevos vecinos, a sus 11 años, es de los medianos. Silvana sigue prendada de la "energía" de Segura de Toro, el "primer pueblo del valle del Ambroz", con sus ruinas celtas y sus piscinas naturales. Desde sus negocios, ponen pie en pared contra un peligro de muerte, una resistencia tenaz que pide refuerzos. Les va la vida en ello.