Condenan a 5 años de prisión a un abogado por quedarse 232.000 euros de la indemnización de su cliente
Cuando fue descubierto, el implicado ya había huido del país.

Muchos son los consejos y recomendaciones que los abogados de todo tipo (laboristas, penalistas, de familia...) nos ofrecen para mejorar nuestras condiciones de vida: pensiones, subsidios, consejos sobre cómo afrontar determinados procesos y un largo etcétera.
Sin embargo, en muchas ocasiones, los ciudadanos no hacen caso a las advertencias o recomendaciones de los profesionales, incurriendo en delitos que pueden lastrarles económicamente. Pero también nos encontramos -y de una forma mucho más frecuente de la que todos pensamos- con abogados negligentes, que se corrompen o se aprovechan de sus clientes, hasta el punto de ser condenados por mala praxis, estafa o robo.
Un ejemplo de ello lo encontramos recientemente en la justicia griega ha confirmado la condena a cinco años de prisión para un abogado que se apropió de manera fraudulenta de 232.000 euros pertenecientes a la indemnización de un cliente que había sufrido un grave accidente de tráfico. El letrado, que ya ha cumplido 17 meses entre rejas, pidió salir en libertad condicional, pero su solicitud fue rechazada y posteriormente también lo fue su recurso ante el Tribunal Administrativo.
El caso se remonta a 2009, cuando la víctima -un joven extranjero que residía temporalmente en el país helvético- quedó con secuelas severas tras un accidente de tráfico. El abogado se ofreció entonces a representarlo para reclamar una compensación económica, un proceso que concluyó con éxito y con una indemnización de más de 257.000 euros.
Sin embargo, según quedó demostrado en el procedimiento penal, el letrado transfirió a su cliente apenas 25.000 euros y se quedó con el resto. Para lograrlo, recurrió a falsificaciones, documentos manipulados y maniobras destinadas a engañar tanto al tribunal como a su propio representado, conducta que fue calificada por la justicia como un entramado delictivo continuado.
El fraude fue descubierto por la víctima, que denunció los hechos en 2017. Para entonces, el abogado ya había huido del país y se había asentado en Inglaterra. No fue hasta 2022 cuando las autoridades alemanas lo detuvieron en virtud de una orden de detención europea y lo entregaron a la República para ser juzgado.
En sede penal, el acusado admitió los delitos y recibió varias penas de prisión, de las cuales la más alta es la que actualmente cumple desde febrero de 2022. En el ámbito civil, aceptó en 2023 que debía reintegrar a su antiguo cliente los más de 232.000 euros que había sustraído.
Pese a ello, cuando solicitó la libertad condicional, el Consejo encargado de valorar su situación consideró que no mostraba señales de arrepentimiento ni de rehabilitación, y que tampoco disponía de un entorno estable que facilitara su reinserción. Por unanimidad, decidieron mantenerlo en prisión.
El Tribunal Administrativo, al revisar el recurso del abogado, concluyó que la decisión del Consejo estaba suficientemente motivada y basada en un análisis completo de las pruebas. Así, rechazó el argumento del solicitante, que sostenía que su negativa se debía únicamente al impago de la indemnización, y ratificó íntegramente la resolución que lo mantiene encarcelado.
