El parking de Bonaire o el mayor bulo de la historia de la DANA: "Desde el primer día sabíamos que no había muertos"
Durante los primeros compases de la tragedia, muchos señalaron al parking del centro comercial de Bonaire como uno de los puntos en los que podría haber más fallecidos. Una mentira que se alimentó poco a poco. "Me tuve que quitar las redes sociales", señalan a El HuffPost fuentes que sabían lo que estaba pasando.

La tragedia ya se había asentado en toda la Comunidad Valenciana. La DANA había dejado tras de sí un total de 229 muertos y centenares de viviendas y negocios arrasados por el agua y el barro que surcaban las calles y pueblos. Días después, la desinformación se adueñó de todo el terreno, dejando espacio a la especulación y a la mentira que corrieron a sus anchas por todas las redes sociales y medios de comunicación. Entre todas esas informaciones falsas y manipuladas, hubo una que destacó con una notable diferencia de todas las demás: el parking del centro de comercial de Bonaire. Una galería al aire libre con decenas de tiendas y con la mayor magnitud comercial de toda la zona costera que acumula más de 300 plazas para que aparquen los vehículos.
Ante el desconocimiento de cuántas víctimas podría haber dejado tras de sí la tragedia, los bulos corrieron como la pólvora. El parking subterráneo se inundó de agua en tiempo récord y la incógnita de qué podría haber ahí abajo se asentó en la comunicación de todo el país. Muchos aseguraron que podría tratarse de un cementerio humano, otros aseguraron que podrían haber miles de muertos y otros tenían 'conocidos' que les decían que en Bonaire había "una absoluta tragedia". Todo ello se terminó conociendo que era falso. "Desde el primer día sabíamos que no había muertos. Desalojamos el parking y para corroborar que no había nadie en el interior era tan sencillo como ver las imágenes de seguridad. Además, con el paso de los días, nadie denunció la desaparición de ningún familiar o amigo en Bonaire. Fue todo mentira", explican a El HuffPost fuentes cercanas al centro comercial.
Para trabajadores y gente que conocía la situación, la ansiedad de aquellos días se volvió insoportable. "Recuerdo que me quité las redes sociales para no intoxicarme de todos los bulos y desinformaciones que emergieron aquellos días. Sabíamos que era mentira y, aún así, en los informativos y la prensa señalaban que había centenares de muertos", rememoran las mismas fuentes. Aquellos días, tanto influencers como reconocidos presentadores de programas de televisión se encargaron de sembrar la duda y de señalar las muertes inexistentes que se encontraban debajo del agua. "Un amigo que es buzo me ha dicho que cuando bajaron al parking se encontraron decenas de muertos. Cuando salieron tuvieron que vomitar", narró en su canal de Twich el streamer Grefg respecto a uno de los mensajes que le llegaron al chat durante los días de la tragedia. Medios de comunicación hicieron afirmaciones apuntando a la misma dirección que ese mensaje.

"Sonaron las alarmas por todo el centro comercial, la seguridad se encargó personalmente de desalojar a toda la gente que se pudiera encontrar en el interior, pero los bulos aparecieron de todas formas con 'conocidos' que decían barbaridades sobre lo que estaba pasando aquí", cuentan a este periódico. "Tengo un familiar directo militar en el parking de Bonaire y están sacando muertos sin parar y tienen orden de decir que no hay nada", fue alguno de los mensajes que se empezaron a compartir por WhatsApp y otras redes sociales. "Los buzos que han bajado al parking dicen que hay entre 600 y 1.000 cadáveres allí", decía otro. La desinformación se expandió como la peste hasta niveles de asegurar que el Gobierno y las autoridades competentes estaban ocultando la cantidad de fallecidos por la DANA para maquillar los datos ante una tragedia sin precedentes en la historia reciente de España.
"Ni yo ni nadie de mis conocidos daba crédito a lo que estaba pasando, a la forma en la que se incrementaba el dolor de forma voluntaria, ¿por qué? ¿Por unas décimas más de audiencia o por alimentar teorías conspiratorias? No tenía sentido que se hablara con esa naturalidad de centenares de muertos que nunca hubo", señalan.
Los bulos se convirtieron en un elemento más del paisaje catastrófico de aquel octubre y noviembre de 2024. Las informaciones en numerosas ocasiones eran poco creíbles y el clima de polaridad se elevó hasta niveles pocas veces vistos en el país. Fue precisamente cuando cada uno de los pueblos valencianos se convirtieron en focos de tensión a los que asistían organizaciones de extrema derecha y en los que las responsabilidades se tiñeron de la forma más opaca posible. "Ahora el que más se recuerda un año después es el de Bonaire, pero si empezamos a hacer memoria hubo bulos e intentos de desinformación diarios. Periodistas que se tiraban por el barro para aumentar la sensación de tragedia, presas inexistentes que cayeron por el agua, militares que escondían cadáveres, quién tenía las competencias y responsabilidades... Fue una barbaridad. Prácticamente cada pueblo tenía una historia que no era cierta", explican.
Una de las más sonadas fue la visita del rey, Felipe VI, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Paiporta, uno de los pueblos más afectados por la DANA. Vicent Císcar, actual alcalde de la localidad valenciana, comentaba para El HuffPost cómo vivió aquel día en el que la tensión y el barro era latente. "Agredieron al líder del Ejecutivo. Le dieron un palazo por la espalda y le rompieron los cristales del coche. Se dijo que eran los vecinos de Paiporta los violentos, que claro que estaban enfadados, pero esos no eran nuestros ciudadanos. Nadie nos reconoció ni la alcaldesa ni a mí, con lo que eran gente de fuera que aprovecha estas desgracias para provocar más desgracias", recordaba.
Al igual que la pandemia del COVID-19, el volcán de La Palma o los incendios, la DANA señaló el gran problema de los bulos y el reto enorme en las tragedias de comunicar de forma adecuada la información que se dirige a la ciudadanía. Pese a ello, las dificultades para afrontar esta situación son enormes y las soluciones todavía se desconocen en un mundo intercomunicado donde cualquier vídeo o mensaje falso puede llegar a correr como la pólvora en pocos instantes. Qué hacer o cómo hacerlo entonces se convierten en preguntas imposibles en las que se sigue trabajando sin descanso para ser conscientes de la realidad que se vive en una tragedia como esta y en cualquier aspecto de la vida cotidiana.
