El pueblo de la España rural en el que el 90% de la población es migrante y clave para su economía
La llegada de trabajadores extranjeros ha dinamizado su economía.

En España, el número de pueblos abandonados se ha disparado en las últimas décadas como consecuencia de la despoblación, la migración hacia las grandes ciudades y la escasez de oportunidades en el medio rural. Sin embargo, hay excepciones que invierten esa tendencia, como ocurre en un pequeño municipio de la Alcarria guadalajareña donde actualmente nueve de cada diez vecinos son extranjeros.
Esto ocurre en Torre del Burgo, un pueblo de la España rural donde la llegada masiva de trabajadores foráneos, en su mayoría vinculados a la agricultura, ha dinamizado la economía local y devuelto vida a sus calles. Según la herramienta web Fichas socioeconómicas del Consejo General de Economistas (CGE), el 89,52% de sus vecinos son migrantes, casi todos de origen búlgaro, lo que ha propiciado el apodo de ‘Torre del búlgaro’.
La agricultura, y en particular la campaña del espárrago, ha sido el motor que ha atraído a cientos de personas extranjeras que hoy sostienen la actividad del pueblo. En apenas dos décadas la comunidad pasó de cifras que rondaban el centenar de censados a cerca de medio millar de habitantes. Ese crecimiento ha sido impulsado por la oferta de empleo en los campos y por la cercanía de polígonos industriales.
Una red económica regional
Los espárragos se han convertido en el eje económico que explica la nueva vida de Torre del Burgo, donde la campaña atrae cada primavera a cientos de temporeros cuya mano de obra sostiene la recolección y permite que empresas y explotaciones locales funcionen a pleno rendimiento. Muchos de los que acuden a esta demanda estacional han acabado fijando de forma definitiva su residencia en el pueblo.
No obstante, la agricultura en la comarca no se reduce al espárrago: níscalos y otros hongos de temporada, huertos de frutas como manzanas y cítricos, y olivares configuran un mosaico de cultivos que diversifica las oportunidades laborales. El fenómeno de Torre del Burgo no es aislado en la provincia ya que, a pocos kilómetros, Torija vive su propio renacer impulsado por la actividad de su polígono industrial.
Álvaro Murillo, alcalde de Torija, explica a EFE que “ya hay creados y consolidados más de 3.000 puestos de trabajo y una previsión de crecimiento exponencial en los próximos años con nuevas implantaciones”. Los responsables municipales valoran positivamente esta dinámica porque genera empleo, rejuvenece la población y ayuda a frenar la despoblación en el entorno, además de impulsar una red económica regional.
