Están en el bar jugando a cartas, todo empieza a inundarse y logran escapar reventando la pared: "Era como un mar"
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Están en el bar jugando a cartas, todo empieza a inundarse y logran escapar reventando la pared: "Era como un mar"

Todo fue causado por las fuertes lluvias registradas el pasado fin de semana con motivo del paso de la DANA Alice.

Una potente tormenta mediterránea, bautizada como Alice, azota el sur de Cataluña con lluvias récord, provocando inundaciones repentinas, cortes de carreteras y evacuaciones masivas.NurPhoto via Getty Images

El sur de Cataluña intenta recuperar la normalidad tras las fuertes lluvias que registró el pasado fin de semana durante el paso de la DANA Alice. Pueblos de la zona del Ebro como Godall, la Ràpita, Santa Bàrbara y Galera comenzaron el lunes a evaluar los daños causados por el agua, que anegó calles, viviendas y locales comerciales, dejando imágenes de destrucción y escenas de emergencia.

Durante las horas de tregua, los vecinos salieron con escobas, palas y cubos para limpiar el barro acumulado. Mobiliario destrozado y coches arrastrados por la riada se amontonaban en las aceras. Las infraestructuras también sufrieron un fuerte impacto, dejando caminos impracticables y carreteras agrietadas en varios tramos.

A pesar de la violencia del temporal, no se registraron víctimas mortales, aunque 18 personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad. Las alertas meteorológicas funcionaron y permitieron activar los protocolos de emergencia a tiempo.

Además, los Bomberos de la Generalitat realizaron 31 rescates de personas atrapadas, muchas de ellas en coches o bajos inundados. En Godall, dos vecinas salvaron a una tercera que estuvo a punto de ser arrastrada por el agua al salir de un párking.

Uno de los episodios más impactantes ocurrió en el bar La Plaça, en el centro de Godall. Su propietaria, Blanca Ballester, relató en Versió RAC1 cómo tuvieron que improvisar una vía de escape para salvar sus vidas: "Éramos diez personas dentro del bar, estábamos jugando a las cartas, allí tranquilos, y de repente el agua nos cogió por sorpresa. Cerramos la puerta del bar para que no entrara, pero lo que pasó es que reventó la puerta".

En cuestión de minutos, el agua alcanzó más de un metro de altura dentro del local. "Flotaba todo: mesas, congeladores… incluso el futbolín se lo llevó el agua", explica. Ante la urgencia, rompieron con un extintor una pared interior que daba acceso a una escalera de la vivienda colindante, por donde finalmente pudieron escapar. "Era como un mar. Tuvimos que reventar la pared para poder entrar en la planta de arriba", concluye.

Ballester asegura que nunca había vivido nada igual y espera no volver a enfrentarse a una situación similar, aunque parece que estos fenómenos naturales van a ser cada vez más frecuentes, lo que pone sobre la mesa la necesidad de adaptar las infraestructuras. Como ya ocurrió con la DANA que azotó la Comunidad Valenciana el año pasado, que sí causó más de 200 muertes,  las lluvias torrenciales en zonas urbanas siguen causando daños millonarios y poniendo en riesgo la seguridad ciudadana.

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