La ciencia no tenía forma de descubrir las debilidades del mosquito más peligroso del mundo: un 'mapa' reciente lo cambia todo
Hasta ahora la ciencia no disponía de una visión completa de cómo funcionan sus células ni de cómo se organizan sus tejidos. El Atlas Celular del Mosquito cambia ese panorama.

Un grupo de investigadores de la Universidad Rockefeller (EE. UU.) y un consorcio internacional de científicos ha conseguido elaborar el primer atlas celular completo del mosquito Aedes aegypti, el principal transmisor de enfermedades como el dengue, el zika, la fiebre amarilla o el chikungunya. El proyecto, publicado el 30 de octubre en la revista científica Cell, constituye un hito en la biología de los insectos y abre nuevas vías para combatir epidemias transmitidas por mosquitos.
El Aedes aegypti es responsable de la mayoría de las infecciones virales transmitidas por mosquitos en el mundo. Su capacidad para adaptarse a entornos urbanos y su preferencia por la sangre humana lo convierten, según la Organización Mundial de la Salud, en uno de los animales más peligrosos del planeta. Sin embargo, hasta ahora la ciencia no disponía de una visión completa de cómo funcionan sus células ni de cómo se organizan sus tejidos.
El Atlas Celular del Mosquito cambia ese panorama. Gracias a técnicas de secuenciación de ARN de núcleo único (snRNA-seq), el equipo analizó más de 367 000 núcleos celulares procedentes de 19 tipos de tejidos distintos, desde las antenas y el cerebro hasta las patas. “Es una visión integral de lo que hace cada célula del mosquito en cuanto a la expresión génica”, explicó Leslie Vosshall, neurogenetista de la Universidad Rockefeller y una de las principales expertas mundiales en la especie.
Una radiografía completa del mosquito
Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre el Aedes aegypti se habían centrado casi exclusivamente en las hembras, ya que son las únicas que se alimentan de sangre y, por tanto, las que transmiten patógenos. Esa perspectiva había dejado grandes lagunas sobre la biología de los machos. El nuevo atlas incluye ambos sexos y ofrece una comparativa detallada de sus estructuras celulares.
El equipo identificó 69 tipos celulares distintos, organizados en 14 grandes categorías biológicas. Entre los hallazgos más llamativos destacan las neuronas sensoriales polimodales, que actúan como “células supercargadas” capaces de detectar señales químicas, térmicas y gustativas. Estas neuronas no solo se concentran en las antenas (como se creía), sino que están distribuidas por todo el cuerpo: en la trompa, las patas e incluso en la superficie de las alas.
“Estos receptores sensoriales versátiles explican por qué los mosquitos son tan eficaces a la hora de encontrar huéspedes, alimentarse y reproducirse”, señaló Nadav Shai, investigador principal del estudio.
Cambios cerebrales tras alimentarse de sangre
El atlas también ofrece una visión sin precedentes de cómo se transforma el cerebro de la hembra después de alimentarse. Tras una comida de sangre, el insecto pierde temporalmente el interés por los humanos y centra su actividad en la maduración de los huevos. Los científicos descubrieron que esta alteración del comportamiento está vinculada a una reorganización profunda de las células gliales, encargadas de mantener la estructura y el metabolismo del cerebro.
Aunque las glías representan menos del 10 % del tejido cerebral, los investigadores observaron que tras la ingesta sanguínea estas células se “reconectan por completo”, cambiando radicalmente su patrón de expresión génica.
Un recurso abierto para la ciencia mundial
El Atlas Celular del Mosquito está disponible públicamente a través de una base de datos interactiva, lo que permitirá a laboratorios de todo el mundo estudiar cómo responden las células del Aedes aegypti a infecciones virales o a nuevas estrategias de control genético.
Uno de los hallazgos más sorprendentes es que, pese a las notables diferencias externas y de comportamiento, machos y hembras comparten prácticamente la misma composición celular. Solo los órganos reproductivos presentan diferencias significativas.
Este trabajo, liderado por el equipo de Vosshall junto a expertos de varias instituciones internacionales, constituye un mapa biológico sin precedentes que servirá para acelerar el desarrollo de tratamientos y medidas de control más precisas contra el mosquito que cada año causa millones de infecciones en todo el mundo.
