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La elegancia de la Estación de Canfranc: fue la segunda más grande de Europa cuando se inauguró
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La elegancia de la Estación de Canfranc: fue la segunda más grande de Europa cuando se inauguró

El diseño de la estación fue obra del ingeniero Fernando Ramírez de Dampierre, quien se inspiró en la arquitectura de la Gare d'Orsay de París.

Imagen de archivo de la estación de Canfranc, ahora hotel, en una imagen de archivo.JMMROSAS SL via Getty Images

La Estación Internacional de Canfranc, situada en el municipio de Canfranc, cerca de la frontera con Francia, fue inaugurada en 1928 en presencia del rey Alfonso XIII de España y el presidente francés Gaston Doumergue. Este evento marcó el inicio de una nueva era en las relaciones franco-españolas, facilitando el intercambio comercial y cultural entre ambos países.

El diseño de la estación fue obra del ingeniero Fernando Ramírez de Dampierre, quien se inspiró en la arquitectura de la Gare d'Orsay de París. La estación de Canfranc destaca por su estilo neoclásico, con una fachada imponente que combina cristal, cemento y hierro, materiales típicos de la arquitectura de principios del siglo XX. La estructura cuenta con nueve vías y era capaz de recibir trenes de hasta 300 metros de largo, lo que la convertía en una de las estaciones más modernas y funcionales de su época.

Además de su función como estación de tren, Canfranc albergaba una serie de servicios esenciales para los viajeros y el personal ferroviario. Entre estos servicios se encontraban taquillas, oficinas de las operadoras del servicio, puestos de cambio de moneda, aduanas, comisarías de policía, correos, telégrafo público, enfermería, oficinas de Hacienda, cantina, restaurante y un hotel internacional. Esta infraestructura completa hacía de Canfranc un verdadero centro de actividad y un punto de encuentro para personas de diferentes nacionalidades.

La construcción de la estación fue un proyecto ambicioso que requirió la colaboración de España y Francia. En 1904, ambos países firmaron un convenio para impulsar diversas conexiones a través de los Pirineos, y en 1915 se concluyeron las obras del túnel ferroviario de Somport. Las obras de la estación comenzaron en 1923 y finalizaron en 1928, tras cinco años de intenso trabajo. La estación fue diseñada para soportar las duras condiciones climáticas de la región, con techos altos y robustos que protegían a los viajeros del frío y la nieve.

La estación de Canfranc no solo era impresionante por su tamaño y diseño, sino también por su ubicación estratégica. Situada a 1194 metros de altitud, la estación formaba parte de la línea férrea de ancho ibérico Zaragoza-Canfranc y la línea férrea de ancho internacional Pau-Canfranc. Esta posición privilegiada facilitaba el transporte de mercancías y pasajeros entre España y Francia, convirtiendo a Canfranc en un nodo logístico crucial en la red ferroviaria europea.

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A lo largo de los años, la estación de Canfranc ha vivido momentos históricos significativos. Durante la Segunda Guerra Mundial, la estación fue testigo del paso de refugiados y del transporte de oro y wolframio por parte de los nazis. En la década de 1960, el declive del transporte ferroviario y la construcción de un túnel alternativo a través de los Pirineos llevaron al cierre de la estación. Sin embargo, su legado perdura y hoy en día es una atracción turística y un símbolo de la historia ferroviaria.