Los dos tipos de DNI que debían presentar los antiguos romanos en los controles de ciudadanos
Un método era más informal que otro.

Aunque a menudo se data el nacimiento del carné de identidad en 1800, lo cierto es que este concepto tiene unos orígenes más antiguos. Miles de años atrás, ya existían métodos para identificar a las personas, como las tablillas de terracota inscritas con datos personales usadas por los asirios. Estas primitivas "cédulas de identidad" representan un percusor de los documentos modernos.
Siglos después, el Imperio Romano desarrolló sus propios métodos para certificar la ciudadanía. Uno de los más simples era una "autocertificación oral" mediante la frase "civis Romanus sum" ("Soy ciudadano romano"). No obstante, para que esta afirmación tuviera peso y fuera creíble, quien la pronunciaba debía hablar un buen latín y vestir de acuerdo con las costumbres romanas. Solo así sería respetado.
Otro método de identificación, en este caso más formal, eran los documentos oficiales. Los soldados extranjeros que obtenían la ciudadanía romana recibían diplomas de bronce que actuaban como certificados de su estatus. Por su parte, los nombres de los civiles se registraban en grandes tablas de bronce o madera, prefigurando el concepto moderno de un censo nacional.
Nacimiento del DNI actual
El concepto del documento de identidad que conocemos actualmente nació en 1800, cuando había cartas de seguridad, cédulas de identidad y pasaportes interiores. Las primeras ediciones no llevaban fotografía, sino una descripción física del portador y el precio que pagó.
En 1946, se eligió el modelo del primer DNI por concurso publicado en el BOE "en el que se instaba a los ciudadanos a presentar sus bocetos para ganar un premio consistente en 30.000 pesetas", explica la Policía Nacional en su página web. Ganó el modelo presentado por D. Aquilino Rieusset Planchón, siendo expedido por primera vez en Valencia el 20 de Marzo de 1951.
Este primer modelo de DNI, vigente entre 1951 y 1961, "era de color verde, incluía datos como empleo, profesión o cargo y distinguía entre cuatro categorías dependiendo de la situación económica del titular". A partir de aquí, el documento ha sufrido diversas modificaciones en su diseño y fechas de vigencia hasta llegar al actual informatizado.
La última versión, en expedición de 2015, el DNI 3.0, que incorpora un chip Dual Interface que "permite la conexión con los servicios telemáticos a través de un lector de tarjetas y además a través de la tecnología NFC de los smartphones o tablets".