Una turista británica se ha vuelto viral en los medios británicos después de que contase la "pesadilla" que tuvo que vivir durante una semana de vacaciones que estuvo con su familia en un hotel de Corfú, donde aunque pagó casi 1.000 euros por 7 días con todo incluido, la comida no le gustó nada.  

"El viaje fue horrible desde el primer momento", señala la mujer de 69 años, que cuenta que pagó unos 890 euros por su estancia al medio británico TheToc. Según critica la anciana, "no había comida inglesa disponible" y tampoco había variedad de comida. "No había nada que pudiéramos comer ni beber", añade. 

El menú del hotel contaba con arroz, ensaladas, sardinas y laderas; mientras que de bebida ofrecía cervezas, ouzo y vino. "La primera mañana, en el desayuno, nos dieron tostadas, un huevo duro o algo con salsa. No había tocino. Al día siguiente, el desayuno fue mozzarella y rodajas de tomate. No había tocino ni salchicha caliente", crítica la británica. 

El único día que la mujer pudo comer bien, según cuenta, fue cuando le sirvieron patatas fritas. "Por suerte, tuvimos papas fritas un día", cuenta emocionada, aunque agrega que solo fue "un día de todos esos días". "Había pescado, sardinas y arroz; estaba harta de ver arroz", también "había pasta y ensaladas en el menú, pero no nos habían informado de nada", lamenta finalmente la mujer.