Reino Unido señala como manjar la fruta querida en España que embriaga de olor a medio país desde marzo
Sociedad
Sociedad

Reino Unido señala como manjar la fruta querida en España que embriaga de olor a medio país desde marzo

El autor del texto se hace una pregunta: ¿por qué la gente no la recoge gratis de la calle?

Un árbol repleto de naranjas en Sevilla, en una imagen de archivoGiuseppe Masci / Gim42 vía Getty Images

La revista política y cultural británica New Statesman ha publicado recientemente una columna del poeta, dramaturgo y novelista británico Simon Armitage en la que habla sobre las naranjas que pueden observarse en la ciudad de Sevilla.

"No se trata de una arboleda o un huerto en algún lugar fuera de los límites de la ciudad, sino en la propia Sevilla, donde miles de naranjos bordean las principales calles y avenidas", ha destacado el poeta.

Armitage ha señalado a esa fruta tan querida en España como un auténtico manjar que embriaga de su particular olor las calles. "El perfume de las naranjas está por todas partes. Después de haberlo visto y olido tantas veces, los lugareños parecen tomárselo con calma, literalmente, esquivando y sorteando la fruta caída", ha explicado el británico.

El novelista ha contado en el texto que se ha preguntado el motivo por el cual la gente no recoge las naranjas gratis a montones. Tras consultar su duda con gente de la ciudad, ha comprendido que se debe a que están demasiado amargas.

Fascinado por esta fruta, Simon Armitage ha confesado que se ha llevado una de esas naranjas sevillanas a su habitación con el objetivo de poder examinarla con tranquilidad y con mayor cercanía.

"No es nada redonda. De hecho, es bastante grumosa. Le doy un empujón y por un momento parece ponerse en marcha, pero luego vuelve a su sitio. Le doy un empujón más y se tambalea hacia delante y luego se desploma hacia la derecha, volcándose sobre el otro palo. Es bastante densa, como una vaina más que firme en la mano, y se resiste a rebotar cuando se deja caer en el suelo de la habitación, como una pelota de squash", ha definido.

"Con un cuchillo prestado de la sala de desayunos, lo corto por la mitad y cierro los ojos. Primero inspiro por la nariz e infundo el aroma en mi cerebro. Después, me pongo la naranja abierta en la lengua y me convierto en sevillano", finaliza la columna de Simon Armitage.

Comentar:
comentar / ver comentarios