Retiran el asfalto durante unas obras, se topan con el mismísimo "centro de la ciudad" y los historiadores acuden al acto
El lugar fue en el pasado el centro neurálgico de esta ciudad inglesa.
Gracias a unas obras en una calle de Cornuelles, ciudad en el sur de Inglaterra, se ha podido descubrir, literalmente, el centro de la ciudad. Tal y como informa el medio italiano Stilearte, los trabajadores de Wales & Rest Utilities, se encontraban trabajando para reemplazar una tubería de gas y a medida que retiraron una pieza de asfalto, se encontraron una piedra ya trabajada: el ombligo de la ciudad.
De este modo, se trata de la recuperación de una cruz de granito, que "han sacado a la luz dos siglos de historia de la ciudad y una tradición urbana que tiene sus raíces en conceptos antiguos y universales". Pero, el descubrimiento no solo constituye un símbolo religioso, sino un punto crucial.
En declaraciones recabadas por el medio de comunicación, Linda Camidge, historiadora local, califica el artefacto como "una parte fundamental de la historia de la ciudad". La cruz, dice, data de finales del siglo XVIII o principios del XIX, cuando se recuperaron o trasladaron muchas cruces medievales. De hecho, la calle donde se ha producido el descubrimiento, Greenmarket, era "el corazón del comercio urbano": "los mercados de agricultores, el tráfico portuario...".
En esta línea, en el siglo XIX este lugar concreto era un cruce de caminos entre comercio, caravanas y mercancías portuarias, y "la cruz de granito marcaba la parte más importante de la ciudad". "La función de la piedra forma parte de la tradición de los cruces de carreteras del oeste de Cornualles, que marcaban los límites parroquiales, señalaban cruces o ramales, y asumían el papel de marcadores de identidad, además de religiosos".
Tal y como reza el periódico, si retrocedeos en el tiempo, la función de esta encrucijada tiene un paralelismo en la cultura romana. "No era un simple cruce de caminos: era el corazón administrativo, comercial y sagrado de la ciudad". En este punto, se asegura, se medían las distancias y se ordenaba el espacio urbano. Los romanos marcaban estos puntos con piedras, hitos, pequeños edículos consagrados a Mercurio o Terminus, y estructuras más complejas como el Mundus, "asegurando que la intersección también fuera un lugar de poder simbólico".