Se desata una extraña disputa en Gran Canaria por un millón de pulpos y Alemania lo observa todo con desconcierto
“Sufren un estrés extremo en tanques brillantes y desolados con docenas de sus congéneres”.

En Gran Canaria, se libra una batalla tan insólita como polémica: un proyecto para criar y sacrificar hasta un millón de pulpos al año. Lo que para sus promotores es una apuesta tecnológica y ecológica, para sus detractores es una aberración ética. El diario alemán Focus describe con asombro cómo este conflicto español ha despertado un intenso debate internacional sobre los límites de la industria alimentaria y el bienestar animal.
Según el medio, la empresa promotora planea construir la primera granja industrial de pulpos del mundo en Las Palmas de Gran Canaria. La instalación, concebida como un modelo de acuicultura sostenible, buscaría suplir la creciente demanda de este cefalópodo, considerado un manjar en todo el Mediterráneo. Pero las cifras (hasta un millón de ejemplares sacrificados anualmente) han disparado la alarma entre biólogos, ecologistas y activistas.
Focus recoge datos del canal público ZDF Heute, que fue de los primeros en alertar sobre la magnitud del proyecto. Según este medio, los promotores justifican la granja argumentando que la pesca intensiva está reduciendo drásticamente las poblaciones naturales de pulpo, y que una cría controlada permitiría aliviar la presión sobre el ecosistema marino. Sin embargo, los defensores del bienestar animal no lo ven así.
“Los pulpos son animales solitarios”: el dilema ético
La bióloga marina Elena Lara, de la organización Compassion in World Farming, explicó al canal ZDF que mantener pulpos en tanques artificiales “sería un experimento cruel”. Según recoge Focus, Lara advierte que los pulpos son animales extremadamente inteligentes y poco sociables, incapaces de convivir en espacios reducidos sin estrés o agresividad.
“Sufren un estrés extremo en tanques brillantes y desolados con docenas de sus congéneres”, denuncia la científica.
En proyectos similares, se ha observado que entre un 10 y un 15 % de los animales mueren prematuramente, y algunos llegan a devorarse entre sí por el estrés o la falta de espacio. Para los activistas, estas cifras son una señal clara de que la industrialización del pulpo es incompatible con los estándares actuales de bienestar animal.
El gobierno canario detiene el proyecto… por ahora
El Gobierno regional de Canarias suspendió temporalmente el proyecto en el verano de 2023, aunque no por cuestiones éticas, sino por motivos medioambientales. Las autoridades exigieron nuevos informes sobre las aguas residuales que podrían verterse en la zona portuaria y en un área marina protegida. El inicio de la producción, previsto para 2027, ha quedado congelado mientras los promotores elaboran un nuevo estudio de impacto ambiental.
Focus subraya que España carece de legislación específica sobre la cría de pulpos, lo que deja un vacío legal que preocupa tanto a los ecologistas como a las instituciones europeas. Las organizaciones animalistas reclaman una prohibición total de este tipo de instalaciones, no solo en España, sino en toda la Unión Europea.
Alemania observa, Estados Unidos prohíbe
El diario alemán destaca el contraste con otros países. En Estados Unidos, las granjas de pulpo ya están prohibidas en California y Washington desde 2024, y Hawái estudia aprobar una ley similar. Las autoridades norteamericanas consideran que mantener en cautividad a animales tan complejos neurológicamente es inaceptable.
Para Focus, el debate español es una señal de los nuevos dilemas éticos del progreso industrial: cómo equilibrar innovación, sostenibilidad y compasión. Alemania, donde el consumo de pulpo es bajo, observa con “una mezcla de curiosidad y desconcierto” cómo España, país líder en pesca, se enfrenta a la paradoja de industrializar uno de sus iconos gastronómicos.
