Trabaja 12 horas al día y se alimenta de atún enlatado y avena para poder jubilarse a los 50 años
"Sabe bien y es super barata".

Para Simon Kjær Sørensen, la vida en Australia como trabajador de la construcción es tan exigente como calculada. Su jornada laboral puede incluir tareas que van desde cavar grandes agujeros con pala hasta limpiar piscinas o verter cemento. No es un trabajo glamuroso ni especialmente bien remunerado, pero, como él mismo señala, "sigue siendo bueno en relación con el hecho de que es un trabajo no calificado".
Con un salario mensual de entre 40.000 y 45.000 coronas danesas (entre 5.357 y 6.000 euros) y una semana de vacaciones cada tres semanas, Simon ha encontrado una forma de combinar trabajo duro con pequeñas recompensas. Esto le permite conocer Australia y, de vez en cuando, hacer escapadas a lugares como Bali. "Pero el objetivo principal es ganar dinero. Y cada dinero cuenta", afirma a TV2.
Una rutina muy estricta
Una de las ventajas que más valora es la ayuda diaria para comida. "Recibo 350 coronas danesas libres de impuestos en dinero para alimentos todos los días", comenta. Eso sí, su rutina es de lo más estricta:
- Se levanta a las 03:30 horas, desayuna avena con leche, café y proteína en polvo.
- Entrena en el gimnasio desde las 04:15 hasta las 05:30 horas.
- Se prepara en su caravana y comienza a trabajar a las 06:00 horas.
- A las 10:00 horas tiene un pequeño descanso de 15 minutos.
- A las 14:00 horas come pasta con atún, cebolla y especias: "Sabe bien y es super barata".
- Su día termina a las 18:00 horas, cuando vuelve a su caravana, cena frijoles de lata y un batido de proteínas.
- Después de cenar, se ducha y lee antes de dormir a las 20:00 horas.
Aunque su estilo de vida puede parecer extremo para muchos, Simon lo tiene claro: "Tienes que hacer lo que quieras, y yo solo tengo que encontrar el trabajo mejor pagado que no requiera educación y luego jubilarme a los 50 años".
Tommy Kjær Lassen, filósofo de la gestión y profesor de la CBS, explica que el sueño de Simon es compartido por muchos. "Hoy, es como si a los jóvenes les dijeran que tienen que conseguir una fortuna, y entonces todo irá bien", señala.
Según él, el capital es la gran diferencia hoy en día, pero también advierte sobre la trampa de trabajar tan duro que las vacaciones se vuelvan una necesidad vital. "La buena vida es el equilibrio entre dar y disfrutar. Ahí es donde está la verdadera felicidad", concluye.