Un coleccionista de fósiles topa con el "dragón espada" en un hallazgo jurásico sin precedentes
El descubrimiento ofrece pistas clave sobre "un importante cambio de fauna" ocurrido en el Jurásico temprano.

Hallazgo sin precedentes en Reino Unido. Un coleccionista de fósiles ha descubierto al dragón espada. Chris Moore encontró en 2001, bajo los acantilados jurásicos al sur de ese país, un fósil casi completo que resultaría ser uno de los hallazgos más relevantes para entender "un capítulo oscuro en la evolución de los reptiles marinos". Después de años expuesto en un museo, por fin, un estudio publicado en la revista Papers in Palaeontology, y recogido por Muy Interesante, que se reveló su verdadera identidad: un nuevo género y especie de ictiosaurio bautizado como Xiphodracon goldencapensis.
Tal y como reza la publicación, este reptil marino de hocico alargado no solo amplía la diversidad conocida de estos animales, sino que "ofrece pistas clave sobre un importante cambio de fauna ocurrido en el Jurásico temprano, del que hasta ahora apenas se tenían registros fósiles". De este modo, se presenta como ictiosaurio más completo conocido de esa etapa geológica.
En este sentido, este nuevo animal fosilizado se distingue por "varios rasgos anatómicos únicos". Según los autores, presenta una combinación de caracteres que no se encuentra en ningún otro ictiosaurio del Jurásico temprano. Por ejemplo, posee un "lacrimal con proyecciones similares a púas en su borde anterior".
Además de su valor taxonómico, y de acuerdo a la información difundida, el fósil aporta información directa sobre la vida del animal y las condiciones ecológicas que enfrentaba. En esta línea, el estudio describe la presencia de contenido gástrico fosilizado, lo que indica que su dieta incluía peces óseos. Pero, "quizás lo más llamativo", asegura el medio, sea su estado patológico: los investigadores detectaron deformaciones en las extremidades y malformaciones dentales.
Asimismo, la causa de la muerte también parece haber quedado registrada en el fósil. El cráneo, por ejemplo, y tal como reza la publicación, presenta fracturas que, según el análisis, "fueron causadas por la mordida de un depredador más grande". "Aunque no se han encontrado marcas de dientes definidas, el patrón de fractura sugiere un ataque en vida".
El valor más importante de este hallazgo reside en "su capacidad para iluminar una etapa poco documentada en la evolución de los ictiosaurios". Hasta ahora, había sido considerado una especie de "punto ciego" en el que los fósiles conocidos eran muy escasos y en su mayoría fragmentarios. Esta nueva especie permite, por primera vez, trazar un vínculo directo entre las faunas más antiguas y las que aparecerían en el Toarciano, apenas unos millones de años después.
"El hallazgo de Xiphodracon goldencapensis muestra cómo un fósil olvidado en una colección puede convertirse en la pieza clave de un rompecabezas evolutivo", concluye la revista científica. Este fósil, dice, "nos habla desde las entrañas del tiempo, ofreciendo nuevas claves sobre cómo evolucionaron los depredadores marinos tras una de las grandes crisis ecológicas de la historia de la Tierra".
