Un grupo de orcas ataca al yate de una familia y las autoridades activan las alarmas: ya no es un incidente aislado
Se ha convertido en una amenaza cada vez más extendida en esta zona de Europa.

Lo que debía ser unas vacaciones en alta mar terminó en una pesadilla para una familia francesa. Frente a las costas de Portugal, un grupo de orcas embistió con fuerza su velero, provocando su hundimiento. El suceso, ocurrido el pasado viernes a unos 90 kilómetros de Peniche, se suma a una serie de incidentes similares que han puesto en alerta a las autoridades marítimas de la región.
El barco, de once metros de eslora y con el nombre Ti’fare, navegaba con una pareja y sus tres hijas de 8, 10 y 12 años a bordo cuando los animales comenzaron a golpear el casco. En cuestión de minutos, el yate empezó a hacer agua. La familia logró emitir una llamada de emergencia y abandonar la embarcación en una balsa salvavidas antes de que se hundiera.
El rescate se coordinó rápidamente. Un pesquero local, el Silmar, acudió al lugar tras recibir el aviso de la Armada portuguesa. Más tarde, un helicóptero de la Fuerza Aérea trasladó a los cinco ocupantes hasta la base aérea de Montijo, cerca de Lisboa, donde fueron atendidos. Afortunadamente, todos resultaron ilesos.
Las autoridades portuguesas confirmaron que no se trata de un hecho aislado. Solo en lo que va de año se han registrado 61 encuentros con orcas en aguas portuguesas, y fenómenos similares se han documentado en el Estrecho de Gibraltar y el Golfo de Vizcaya. En septiembre, otro velero se hundió al sur de Lisboa tras sufrir daños en el timón causados también por orcas.
El fenómeno preocupa a científicos y navegantes por igual. Desde 2020, estos cetáceos, conocidos por su inteligencia y comportamiento social, han protagonizado un número creciente de ataques a embarcaciones. Las hipótesis van desde simples juegos hasta actos de imitación o respuestas a experiencias negativas previas con barcos.
Por ahora, no hay consenso entre los expertos. Algunos creen que ciertos grupos de orcas jóvenes podrían estar aprendiendo este comportamiento de ejemplares adultos. Otros apuntan a que las colisiones podrían ser una forma de interacción lúdica que, sin embargo, puede tener consecuencias graves para las embarcaciones.
Mientras los investigadores buscan explicaciones, las autoridades marítimas han reforzado las medidas de prevención y piden cautela a los navegantes que transiten por las costas de la Península Ibérica. La familia francesa, aunque a salvo, perdió su barco, que ahora descansa en el fondo del Atlántico: un nuevo testimonio del inquietante patrón que se repite en los mares del sur de Europa.
