Un joven de 20 años abandona sus estudios para subir escaleras: "Pueden intentar batir mi récord"
Su sueño es dedicarse a las redes sociales.

La mañana del domingo 9 de noviembre comenzó con movimiento en el río Vecht. El abuelo Derk Jan, fiel a su tractor, usó este vehículo para tralsadar bancos y un pequeño escenario desde el club de patinaje sobre hielo hasta la torre de observación De Stokte. Su hijo, el ex patinador de élite Erben Wennemars, ajustó un reloj para controlar los tiempos. Todo estaba listo para un evento inédito: el primer Campeonato Mundial de la Torre Buffalo.
La iniciativa surgió de Niels Wennemars, de 20 años, nieto e hijo de los dos protagonistas anteriores, quien contó con el apoyo de toda su familia. El joven incluso fabricó con sus propias manos un gran trofeo para el vencedor. "¡Salta, salta, salta!", animaba más tarde por el micrófono mientras los participantes comenzaban a subir los 90 escalones de la torre de 20 metros.
"La llamamos la torre del búfalo. Este reto de subir las escaleras lo más rápido posible empezó en el Club de Patinaje sobre Hielo Stokvisdennen, al que solemos ir mi familia y yo. Siempre me lo he pasado genial. Últimamente he estado haciendo muchos vídeos para redes sociales, y disfruté mucho grabando este reto", explica en declaraciones recogidas por Destentor.
Un concurso inesperado y un récord por batir
Hace unas semanas, Niels pensó que sería entretenido ver a otros intentando superar su marca personal. "Pueden intentar batir mi récord de 13 segundos. Un poco de competencia siempre viene bien. Aprendí en casa que la competencia hace que el deporte sea más divertido".
Sin embargo, admite que, "en cierto modo", se arrepiente de haber enfatizado demasiado el aspecto competitivo en sus convocatorias en redes sociales. "Debería ser divertido para todos participar una vez. Debería ser accesible. Todavía no sé con exactitud cuánta gente vendrá".
La respuesta fue mayor de lo esperado. Decenas de personas se animaron a participar. Niels improvisó entonces una prueba adicional, la "competición de vaqueros", en la que quienes acudieron con pantalones de mezclilla podían también intentar la subida. La idea resultó un éxito.
Richard Kimmann, de 55 años y padre de los ciclistas de BMX Niek y Justin, se lanzó al reto. "Estoy bastante contento con mi tiempo, 21 segundos. Me gusta divertirme. Me pareció una idea inesperada y muy divertida", comenta.
El más joven en competir fue Lez, de 10 años, vecino de Dalfsen. Participó junto a varios amigos, también en vaqueros. "Me llevó 24 segundos. Fue bastante cansado. Vi un vídeo de Niels en internet. Me gustan sus vídeos", relata.
Incidentes que no empañaron la diversión
Como en todos los eventos, también hubo algún tropiezo, pero esto no evitó a los participantes disfrutar. Bas Elst, de 29 años, completó la subida, pero Erben olvidó pulsar el cronómetro. "En realidad quería probarlo una vez, porque tenía una competición de patinaje de velocidad esa noche. Ahora voy a volver. No pasa nada. Correr aquí arriba entrena de maravilla la explosividad y la fuerza", explica el corredor.
A pesar del contratiempo, Erben afirmó haber disfrutado mucho de la experiencia. "Esto es simplemente precioso. Es maravilloso hacer ejercicio en este tipo de formaciones naturales. Lo disfruto mucho más que entrenar en el gimnasio", confesó.
Al final de la jornada, Niels registró el mejor tiempo, aunque decidió entregar el trofeo al segundo clasificado como gesto deportivo. Ahora, ya piensa en repetir la experiencia: "Quizás no en esta torre, sino en otro sitio, como en una colina. Siempre disfruto corriendo cuesta arriba".
De las redes sociales al deporte
Niels no es un desconocido en Internet. En Instagram comparte vídeos de motocross, entrenamientos y momentos junto a su hermano Joep, patinador de velocidad. Uno de sus clips, animando a su padre en el Maratón de Ámsterdam, alcanzó 1,4 millones de visualizaciones. De hecho, ha dejado los estudios para dedicarse de pleno a las redes sociales y poder vivir de ellas en el futuro.
"Me encanta hacer vídeos. Lo hago todo yo mismo, desde la idea inicial hasta la edición. Me permite expresar mi creatividad. Dejé mi formación para ser profesor de gimnasia. Como muchos otros jóvenes, todavía estoy un poco indeciso sobre qué quiero hacer con mi vida", asegura.
Actualmente combina su pasión por las redes con un trabajo parcial en una empresa de jardinería. "Espero dedicarme a las redes sociales a tiempo completo. Quiero hacer reír a la gente, y de momento la respuesta ha sido buena. Me arriesgué, pero estoy dispuesto a intentarlo".
