Una camarera ucraniana ha perdido la propiedad que un cliente le había regalado tras una intensa batalla legal contra la familia del hombre. Un caso que ha conmocionado a muchos y pone en evidencia las dificultades legales que pueden surgir en torno a las donaciones y testamentos.

En 2018, Richard Joy, un hombre británico de 82 años, transfirió la propiedad, valorada en 650.000 libras (aproximadamente 776.000 euros), a Mariia Romanyshyn, una camarera ucraniana con la que había desarrollado una cercana relación de amistad. El anciano nunca se casó ni tuvo hijos, por lo que, al parecer, encontró en Mariia una persona de confianza. 

Ella lo había cuidado durante años, habiendo iniciado su relación cuando él estaba hospitalizado en 2011. A partir de ahí, su vínculo creció hasta que incluso se mudó con él. Según el testimonio de Mariia, el hombre le dijo en varias ocasiones: "La casa es tuya. Quiero que te quedes con la casa".

Sin embargo, cuando Richard falleció en 2020, su familia, liderada por su primo y albacea de la herencia, Martin Larney, impugnó la transferencia de la propiedad, argumentando que el hombre era mentalmente incapaz de comprender la decisión que había tomado, con lo que la donación no debía ser válida. 

Según informa Metro, el primo alegó que el testamento de 2011, que beneficiaba a otros miembros de la familia, debía prevalecer sobre cualquier acuerdo posterior. El tribunal ha fallado en contra de Mariia, determinando que este documento, redactado antes de la transferencia de la propiedad, debe tener prioridad. De esta forma, la propiedad pasa a manos de la familia y amigos de Richard.

Al parecer, ambas partes han llegado a un acuerdo al margen de los tribunales, aunque los detalles de la negociación son confidenciales.

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